Sí, estaba la lluvia. Y algunos abucheos internautas. No, no estaba Penélope, que se quedó con su hijo en Los Ángeles. La duda se resolvió a las ocho y media, cuando llegaba a las inmediaciones del Teatro Real de Madrid el coche que llevaba al padre de la criatura, Javier Bardem. Fue el momento de más expectación de la alfombra roja (otra vez roja, ya que el año pasado se tiñó de verde por cuestión publicitaria) de los Premios Goya. Bardem vestía de negro riguroso, traje, camisa y corbata, para una noche que se preveía inolvidable, pese a las protestas.

Las veteranas optaron por el color rojo para sus vestidos: Ana Belén, Verónica Forqué, Silvia Marsó, Emma Suárez (de Gucci) o Marisa Paredes. Las jóvenes se decantaron en su mayoría por el negro, como Olivia Molina, Laura Pamplona o Laia Marull (de Pedro del Hierro). Entre las más llamativas se encontraban Cayetana Guillén Cuervo, con un vestido azul oscuro de Óscar de la Renta, o el azul eléctrico de Adriana Ugarte, otra de las más bellas de la noche. La lluvia impidió que los 2.000 metros cuadrados de alfombra fueran más lucidos y que los curiosos estuvieran más cerca. Y entre las curiosidades, el lotero perro Pancho, muy elegante con su esmoquin.