Pasarela

Con sus faldas y sin tacones…

Arreglados pero informales. De esta guisa comparecieron ayer por la tarde los modelos de la Agencia Doble Erre sobre la pasarela del Casino de la Exposición para clausurar con faldas -y, por qué no, un punto de locura-, este certamen que, durante cuatro días, ha expuesto lo mejor del diseño de un sector que, desde Sevilla, cada vez rompe más fronteras. Una afirmación, ésta de la internacionalización de nuestro diseño, que, durante el desfile infantil que tuvo lugar por la mañana, pudo corroborarse a través de la trayectoria de empresas como Kobez la cual, celebrando el 50 aniversario de su nacimiento, demostró maestría a través de la divertida y, a la par, clásica colección ideada por las hermanas Carmen y Ana María Vázquez. Ahí no faltaron detalles como boinas de lana combinadas con minivestidos para niñas, que contrastaban el color de sus conjuntos con el de las medias y los zapatos, o abrigos tipo trench para chicos que, además, no prescinden de complementos como bufandas a juego con el resto de unos looks requeridos por compradores de mercados tan dispares como el nipón, el europeo y hasta el sudamericano.

Instantes antes se tuvo la oportunidad de disfrutar de dos firmas más especializadas en el vestir de los más pequeños: Rocío de Alba y José Varón. Así, mientras la primera utilizó petos de cachemir con camisas, faldas grises con diademas de flores de tela o trajes con psicodélicos estampados -u otros lisos de terciopelo-, el segundo apostó por el azul como hilo conductor de una colección donde destacaron pantaloncitos con tirantes, calcetines con madroños o cuellos de cisne con invernales chaquetas para esas incipientes mujercitas que ya empiezan a preocuparse también por su aspecto exterior. Resumiendo, un concepto cómodo pero estiloso que contó con la complicidad de unos espectadores encantados con el espectáculo de estos minúsculos 'profesionales' que, ante lo impactante del cara a cara con el público, lo mismo saltaban, se paraban o intentaban salirse con naturalidad de su camino hacia los objetivos fotográficos.

En la despedida de la quinta edición de Moda de Sevilla se procedió al rescate del material que formó parte de la exposición Hombres con falda -que, hace algunos meses, tuvo lugar en la capital hispalense- dedicando al colectivo masculino más valiente la puesta en escena, jugando con el anterior título, Faldas en Hombres. Una aventura en la que, Petro Valverde, propuso la combinación de una camisa blanca con una pieza inferior plisada y rematada con piel sintética junto a otra de cintura drapeada con brillante botonadura; Antonio García apuntó hacia el minimalismo y sobriedad con una obra más corta -con bolsillo frontal-, y otra más larga con diversos pliegues del tejido; Blanca Gallego usó la pasamanería trenzada color bronce con formas rectas que rescataron el espíritu de la falda-pantalón y, Carmen del Marco, osciló entre el rojo y albero y la lana azul y amarilla en claros homenajes al mundo taurino.

Después, Miguel Reyes se acercó a la infalible mezcla de negro y blanco; Daniel Carrasco, cruzó un tirante asimétrico, por un lado, y arriesgó con la unión de diferentes corbatas, por otro; Molina Moda presentó tanto una inspiración cercana a la equitación y, además, otra alrededor del cante de la saeta a través de nejas que elevaban el volumen del resultado; Pedro de la Rosa se decantó por un doble tejido con apertura central y por la reconversión de un chaleco en falda; las chispeantes Pol Núñez recurrieron a ciertos motivos orientales y, a la vez, andaluces y, para terminar, Lina desempolvó la famosa bata de cola que, Joaquín Cortés, lució en uno de sus espectáculos más recordados. Una imagen de ensueño para una iniciativa que -y no es poco- ha contado con el beneplácito general.

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