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Adquirir experiencia me animó a echarme adelante. Mi negocio ha sido mi sueño

 -¿Cómo se te ocurre montar una peluquería en los tiempos que corren? 

-  En el momento en que terminé la E.G.B. me fui directamente a estudiar peluquería y estética y con 17 añitos ya había terminado de estudiar y con 18 ya estaba trabajando y hasta hoy. Estuve trabajando en Guadalajara y adquirí allí una experiencia estupenda porque allí es donde encontré la motivación para montar este centro. Yo antes tenía una peluquería muy pequeñita en la cual desarrollaba un trabajo mínimo, el de peinar y depilar y poco más porque no tenía más espacio para poder trabajar. Pero al estar trabajando durante un tiempo en otro salón grande y adquirir mucha experiencia me animó a echarme para adelante con esto, porque esto ha sido mi sueño.

 -¿Cómo reaccionó tu familia?

 - El apoyo familiar para mi es muy importante porque yo ahí ya era madre de dos hijos y contaba con el apoyo de mi pareja, que por supuesto me ha apoyado al 100% y me ha animado a hacerlo. Incondicionalmente tengo a toda mi familia que me ayuda muchísimo, tanto mis padres, mis tías, hermanos… ese apoyo de estar con los niños, porque es muy difícil compaginar un trabajo siendo ama de casa y con niños. Pero se consigue, vamos, gustándote y queriendo, lo puedes conseguir.

 -¿Dónde está el centro? 

- La peluquería está ubicada en un buen sitio porque la zona es nueva, tiene buenas vistas, es tranquila, tiene buen aparcamiento y aparte está pensada aquí porque vivo cerca y me viene muy bien para organizarme. 

-¿Cómo de importante es la formación?

- Es muy importante que adquieras los cursos necesarios para poder prestar los servicios que la clientela te pide. Según van saliendo los cursos tú los vas haciendo. Ellos te van informando de las novedades y de las cosas que hay que trabajar… En este año llevaré ya unos 4 ó 5 cursos de diferentes sectores, tanto de la peluquería como de la estética. Para trabajar tanto cavitación como otros servicios necesitas formación. Son máquinas que hay que saber cómo usarlas y a quién se las puedes aplicar, porque tienes que rellenar un formulario para Sanidad que te indica las pautas a seguir, tanto a la clienta como a ti. Y por eso es muy importante que tengas una formación adquirida. Otro de los servicios que se prestan en el salón es el de tatuaje y micropigmentación, para lo que necesitas una formación homologada por la Junta de Andalucía, que sin ella no se puedes trabajarlo.

 - Además de la capacitación técnica, también es vital saber tratar al cliente, ¿no es así?

 

- Esto no es sólo decir “Yo no quiero estudiar y me voy a coger un cepillo y a peinar. Esto tiene una formación por delante necesaria en cuanto al trato con el público, el saber escuchar a las personas…  Que no nos pensemos que trabajar en una peluquería es sólo coger un cepillo y saber peinar. Es saber estar con la persona, entenderla, y por supuesto, saber desarrollar luego tu trabajo. 

-Cómo de importante es la organización?

 

- La peluquería siempre ha tenido la fama de que la clientela se desespera en ella. A mi me gusta ser formal pero siempre hay imprevistos en los que no puedes hacer nada porque a lo mejor quedas con una clienta que llega más tarde, o me retraso yo, todo puede pasar. Pero me gusta ser muy puntual en mi trabajo y me gusta que las clientas lo sean también. Suelo dar cita considerando mis circunstancias, porque tengo tres hijos y me tengo que adaptar a un horario. Por eso doy citas previas y así trabajo más cómoda. Así la clienta no tiene que esperar, no se desespera y no se acumula trabajo. 

-¿Qué hay que hacer para montar un negocio como éste?

Lo principal es tener una titulación, porque tú no puedes montar un negocio sin tenerla. Una titulación homologada. Y luego tienes que pedir permisos de electricidad, de fontanería… eso en lo que es el local. Tienes que requerir el montaje, el perito tiene que tener todo proyectado para que te den esos permisos. A continuación tienes que darte de alta como autónomo, y luego empiezan a traerte la maquinaria. Esas maquinarias tienen que pasar todas una inspección de Sanidad, sobre todo lo que es el Solárium, que lo revisan cada año. Revisan que las lámparas estén en condiciones para prestar el servicio. Como esto ha sido siempre el sueño de mi vida, yo siempre me he imaginado cómo iba a ser mi negocio y es tal cual. No he necesitado ayuda de nadie para decorar nada, simplemente muchas horas de pensar cómo quiero las cosas, porque quiero por ejemplo que cuando una clienta esté aquí sentada la otra esté allí relejada. Tengo dos plantas por eso, para que cada tarea tenga su momento de relajación.

En la planta baja está por un lado la zona de peluquería. Está preparada para dos personas pero por ahora sólo trabajo yo, que me organizo de la siguiente manera: en el primer sillón realizo los trabajos técnicos (color, moldeado y tratamientos) y en el otro sillón el peinado. Tengo una recepción en la que llevo mi contabilidad, con mi agenda, con mi programa informático y un sofá para poder esperar.  En este otro lado tengo los lava-cabezas. En la parte de atrás tengo mi cafetera para poder ofrecerle a mis clientas su cafelito, una infusión o lo que les apetezca. En la sala de estética se realizan diferentes trabajos como maquillaje, depilación, tratamientos faciales… Está acondicionada para realizar diferentes servicios. 

-Y las medidas de higiene aquí son fundamentales, ¿no?

- Es muy importante que esté todo muy desinfectado, con mucha higiene. Me gusta tenerlo todo muy coqueto, con velitas, aromas, que haya un olor agradable. El utensilio de maquillaje se desinfecta, se lava, se esteriliza y se vuelve a usar otra vez. Y luego tanto la camilla como las toallas son desechables. Es importante también desinfectar la máquina solárium después de su uso porque entra en contacto con la piel del usuario y puede haber contagio de enfermedades y otros problemas. Para evitar esos contagios es fundamental usar los desinfectantes y dar los consejos a seguir al cliente.

-¿Es muy complicada la selección de proveedores?

 

- En cuanto a la selección de los proveedores más o menos tú cuando recibes la formación te dan unas pautas a seguir para orientarte y no te pierdas en este sector, porque cuando terminas una formación no sabes dónde me voy a comprar, donde pedir, qué productos necesitas… Son los proveedores normalmente los que se ponen en contacto contigo a través de la academia donde te formas. Les facilitan tus datos y se molestan en llamarte, en quedar contigo y luego tu los vas seleccionando según el producto que te va gustando. Yo tengo mis proveedores a los que soy muy fiel y me dan facilidades para pagar. En ese aspecto muy bien, si no, no podría.

El salón de belleza está preparado para que trabajen más personas, pero tal y como están las cosas ahora mismo, el trabajo lo desarrollo bien yo sola en las dos plantas. Pero luego sí que vienen personas para trabajar en fotodepilación y otros servicios, es decir, ellos vienen, se hacen responsables de su trabajo y yo mientras puedo desarrollar otro tipo de trabajo.

 -¿Qué precios ofrece Magdalena Linares?

- Yo mantengo siempre igual a todas las clientes. Me gustaría mantener un precio acordado con todas las compañeras pero es muy difícil ponerte de acuerdo puesto que cada una tiene un comercial diferente y tienen que acatar sus precios. Pero establezco el precio base que tienen todos los salones que, para mi, es un poco barato pero bueno, en el nivel que estamos en un pueblo pequeño con mucho paro, te tienes que amoldar un poquito para que la persona no te deje y lo pueda pagar. 

-¿Qué tipo de clientela tienes en tu peluquería?

- Yo tengo muchas clientas de diferentes edades. Tengo gente joven, gente mayor. Tengo niños. Me adapto a todas. Para mi es tan importante la gente joven como la gente mayor porque tienes el cariño, conversaciones, mucha complicidad… Ahora el hombre se interesa bastante más por su imagen. Tenemos el típico metrosexual que se cuida mucho a nivel estético, en depilación corporal y facial. Los hombres cada vez se animan más. Aquí los tratamientos que se venden a nivel de peluquería son por ejemplo el champú específico que aconsejas después de un tratamiento de color, porque le va a durar más y le va a nutrir. En tema estético exactamente igual. Aconsejas a la clienta por su tipo de piel qué crema le vendría bien tanto en tratamiento facial como en corporal, le indicas las ventajas que tiene el producto, y siempre adaptándote a los precios que puedan pagar. 

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