El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
El equipo de Pellegrini, escarmentado por el último tropiezo, salió más que dispuesto a desactivar al Sevilla. En la primera parte provocó la desesperación de la grada, que veía a su equipo sin saber cómo morder a la zaga blanquiazul. El empate aplaca en cierto modo los malos resultados de la jornada.
Foto: EFE/ josé Manuel Vidal
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios