Sucesos

El cadáver de Las Castañetas estaba cosido a puñaladas causadas con varias armas

  • La autopsia revela el ensañamiento y se investiga si hay más de un implicado en el crimen

El vehículo que apareció calcinado.

El vehículo que apareció calcinado.

Francisco Javier López Padilla, el vecino de Cártama cuyo cadáver apareció el lunes al mediodía en la zona de Las Castañetas, en la barriada malagueña de Campanillas, después de haber permanecido en paradero desconocido desde el jueves, sufrió numerosas puñaladas en distintas zonas del cuerpo, para lo que se emplearon varias armas, entre ellas un punzón e incluso un machete o un hacha. Así se desprende de la autopsia que el martes le practicaron los forenses en el Instituto de Medicina Legal (IML) y que revela el ensañamiento del autor o los autores.

En palabras del subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, la Policía continúa intentando esclarecer si en el crimen intervino más de una persona y recalcó que la investigación apunta a una “especial virulencia” en las “agresiones infligidas” a la víctima. En este sentido, confirmó que la muerte, cuyo móvil también está siendo investigado, se produjo “por armas blancas”.

El cadáver del hombre, de 33 años, fue hallado en estado de composición, por lo que los investigadores trabajan con la idea de que pudo fallecer unos días antes de que se encontrara o incluso la misma noche en que se le perdió la pista. Según afirmaron fuentes cercanas al caso, se encontraba oculto en una zona de difícil acceso, envuelto en barro y semihundido en el margen del río, lo que obligó a los bomberos que actuaron a rescatar el cuerpo con un sistema de poleas.

Fue uno de los 17 grupos que participaban en el dispositivo de búsqueda desplegado esa mañana el que encontró el cuerpo sin vida de Francisco. Por la noche, su vehículo, en cuyo interior estaba su teléfono móvil, apareció calcinado. El último contacto que la familia mantuvo con él tuvo lugar a las 23:45 del jueves, cuando explicó a su pareja que había salido del Hospital Guadalhorce por una inflamación. Así, precisó que había quedado con una persona para hacer un cobro y que, una vez que terminara, regresaría a su casa. Cuando los familiares le llamaron el hombre ya no respondía al teléfono y, algo más tarde, una locución indicaba que se encontraba apagado o fuera de cobertura. Ayer, recibió sepultura.

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