Jerez

Ahora toca atrapar a los auténticos cerebros

  • La Guardia Civil sigue investigando entre bastidores "a los que estaban detrás como asesores"

"No, no", negó categóricamente el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, al ser cuestionado por este diario si en la operación aún en marcha había implicado algún trabajador de la Administración, algún funcionario público, con mando o no, como de hecho ocurrió con el otro célebre fraude contra la Seguridad Social detectado en la provincia, el de las pensiones fraudulentas de la Operación Karlos.

De Torre, que compareció acompañado por el director provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social, Miguel López Aranda, que cesará en el cago en los próximos días, y por la jefa de la Inspección de Trabajo, Josefina Galindo, tampoco cree que haya fallado algún mecanismo en la Administración para poder haber detectado antes este fraude que, por lo que contaron, se antoja mayúsculo.

Y es que, vino a decir López Aranda, los 'expertos' en fraudes de este tipo con empresas fantasmas, montan el chiringuito en una provincia. Y si se les detecta, se van rápidamente a otra.

Claro que esos lógicamente deben ser expertos. Pero lo que nadie atinó ayer a explicar es cómo es posible que dos hermanos y un primo, con antecedentes todos por falsedades similares al Erario público, hayan podido acabar montando una trama en la que "participaban activamente" 91 personas, según el comandante de la Guardia Civil Luis Martín. Al final, el portavoz de la Benemérita acabó dando la clave al desvelar que continúan ahora las pesquisas entre bastidores para atrapar a los que podrían ser en realidad los auténticos cerebros. Textualmente, "a otros que podían estar detrás como asesores", Léase en este caso profesionales liberales como abogados y asesores de empresas.

En cualquier caso, el que sí se configura como un fuera de serie es el primo, el supuesto 'comercial' que se encargaba de captar a los clientes, a los futuros beneficiarios de los subsidios ilegales. Porque él solito, con el boca a boca, ha llegado a captar a 261 'trabajadores', que son precisamente el número de altas fraudulentas en la Seguridad Social atribuidas a esta trama que han sido anuladas ahora por las autoridades.

El caldo de cultivo era el idóneo: localidades pequeñas, como las de la Sierra gaditana, con elevados índices de paro, sin apenas alternativas laborales, en donde la gente pronto se enteraba del asunto.

De ahí que, como muy gráficamente expresó el comandante Martín, "prendió fuego en el trigal".

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