El teniente de alcaldesa de Urbanismo, Dinamización Cultural, Patrimonio y Seguridad, Francisco Camas, valoró ayer la propuesta realizada semanas atrás en este Diario por el director de Proyecto Hombre, Luis Bononato, de "prohibir el botellódromo", ante el incremento de jóvenes que lo frecuentan, así como de adolescentes en tratamiento por adicciones al alcohol. El delegado asegura que ya se han organizado "dos reuniones con los partidos políticos a los que se les ha planteado el posible cierre. Para ser cautos y no definitivos, debemos darle una salida razonada y razonable a lo que es también un divertimento y una necesidad para los jóvenes, y eso es ver la posibilidad de abrir el botellódromo sólo los meses de más afluencia". "No obstante -añadió Camas- siempre que haya una opción mayoritaria social apoyada por todas las personas implicadas, así como por los jóvenes, si hubiera que cerrarlo, se cerraría. Pero es importante, al haber tanta gente implicada, buscar el consenso".

De esta forma, de cerrarse, el teniente de alcaldesa planteó dos opciones: "cerrarlo definitivamente o abrirlo en los meses de mayor afluencia. No tiene sentido que gastemos recursos municipales para mantener una zona de ocio en la que en algunos meses la asistencia es muy corta".

Proyecto Hombre cree que con este espacio se da el mensaje de diversión igual a alcohol

La actual legislación andaluza que establece la prohibición genérica al consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública tiene como excepción 'zonas autorizadas municipales' para ello, a modo de recintos acotados y regulados por los Ayuntamientos, que deben por lo tanto garantizar la seguridad en los mismos y en sus aledaños. En el caso de Jerez, además del gasto en iluminación y limpieza, el coste municipal de seguridad se sitúa en los 12.000 euros al mes a razón de 3.000 euros por fin de semana debido a la dotación necesaria.

Para Luis Bononato, "si tú abres un espacio donde dices esto es un sitio para divertirse o para reunirse y damos el mensaje de tiempo libre-diversión-alcohol, la gente piensa que para divertirse tiene que consumir alcohol y en absoluto, tu tiempo libre lo puedes dedicar a leer un libro, ver una obra de teatro o hacer deporte". "Ahí está también recuerda- el papel de los padres, de no permitir que menores vayan a un botellón, de la Policía Local, el control de la venta de alcohol en las tiendas. Hay cosas que sí se pueden hacer y poner algunas barreras".

Entidades sociales se han quejado también del aumento de actos violentos en el botellódromo, como la reyerta ocurrida el pasado noviembre en la que, además de saldarse con varios heridos, se detuvo a un individuo por estar en posesión de un arma blanca en dicha zona de ocio.