Un buen número de calles de Jerez lucen estos días en balcones de casas particulares banderas de España, una tendencia que va a más a medida que se aproxima el 1 de octubre -el día del referéndum ilegal en Cataluña-. Cada día que pasa crece este furor rojigualdo con el que las tiendas que venden enseñas nacionales están haciendo su particular agosto.

Para comprobar esta euforia desatada sólo hay que salir a la calle, darse un paseo especialmente por el centro de la ciudad y por barrios como La Granja y El Pelirón, y abundan también en la avenida Alcalde Álvaro Domecq.

Muchos turistas que pasean por el centro consideran curiosamente que las banderas son adorno habitual de los pisos como una expresión constante del amor a la patria. Ni es eso ni es porque la Selección Española de fútbol esté jugando un Mundial. Es, como dice un cliente de una céntrica cafetería, porque "Puigdemont y la CUP han logrado lo que no ha conseguido ningún presidente español en tantos años de democracia: que nos sintamos orgullosos de nuestra bandera".