Jerez

Los Cayos Reales, 20 años no son nada

  • Se cumplen dos décadas del que muchos consideran una grabación de cabecera y que reunió una noche en Sevilla a Luis de la Pica, El Mono, El Zambo, María Soleá y Juana del Pipa

Una imagen del disco 'Los Juncales de Jerez-Cayos Reales', grabado en 1998 por Senador.

Una imagen del disco 'Los Juncales de Jerez-Cayos Reales', grabado en 1998 por Senador. / cedida por senador

Fue en 1998, hace ahora 20 años, cuando Tere Peña, con Moraíto en el mismo bando, abordó una de sus retos más complicados. La enmienda no era sencilla, reunir a un grupo de artistas de Jerez y hacerles cantar, a la vieja usanza, para poner en pie un disco. Así nació 'Los Juncales de Jerez-Cayos Reales', un trabajo discográfico que para muchos sigue siendo una grabación de cabecera.

"He producido 33 discos, pero éste ha sido de los más especiales", recuerda Tere Peña. "Siempre he tenido y tengo un cariño especial por Jerez, y aquel año se me ocurrió reunir a una serie de gente para grabar. Reconozco que no fue fácil, porque algunos se enfrentaban por primera vez a ello y costó, pero lo conseguimos", añade.

He producido 33 discos, pero el de los Cayos Reales ha sido uno de los más especiales"Cuando cantó el Mono, me levanté y le dije: 'Tú no cantas más así en tu vida' y me jarté de llorar"No se me olvidan los piques que tenían cantando Tío Paulera y Tío Enrique por bulerías"Durante la grabación cayó una tromba de agua y aquel parón liberó a todos de la presión"

El disco, editado por Senador, fue grabado durante un día entero en la Asociacion Gastronomica Andaluza de Sevilla y se hizo "sin prisas", recalca Tere Peña, "de hecho los técnicos de sonido, porque llevábamos desde el mediodía comiendo y bebiendo tranquilos, eran las siete de la tarde y se desesperaban. '¿Cuándo vamos a empezar?', decían. Tranquilidad, les dije".

"Fue a las 11 de la noche cuando se inició todo", dice Tere Peña, "y allí nos dieron hasta las seis de la mañana", confiesa otro de sus protagonistas, Luis 'El Zambo'. De hecho, en el mismo disco podemos leer "Fiesta grabada en vivo en un amanecer de gloria".

El Zambo fue una de las conquistas más complicadas. Acostumbrado a las fiestas en Santiago, donde podía aguantar cantando hasta el otro día, su participación por primera vez en un disco no fue tarea sencilla. "El que me convenció fue Moraíto. Yo todos los fines de semana me juntaba con él, nos veíamos en los Juncales. Y me decía 'joe, graba, 'joe graba. Tú graba, no se sabe lo que puede pasar el día de mañana'. Y así fue, no se equivocó", explica Luis.

Pero no sólo iba a ser la primera grabación en un disco de El Zambo, sino también "de Luis de la Pica, de Juana la del Pipa y Diego del Morao, la única de Tío Paulera y Tío Enrique y las últimas de El Mono y María Soleá", destaca Tere Peña.

Aquello fue una fiesta íntima, en la que además de ellos cantó Manuela 'La Boti', hija de La Piriñaca, y pusieron las palmas Rafael Romero, Chicharito y Gregorio Fernández. No estuvieron solos "había mucha gente de Lebrija", reconoce Gregorio, "Rafael Fernández 'El Nene' y el tío Pedro Peña".

"Era una mesa grande, cada uno estaba allí sentado a su aire, como si estuviéramos en casa pero con los aparatos puestos. Nos dieron mollate y no veas, en la gloria", subraya El Zambo, que al recordar lo que allí se vivió se le encienden los ojos. "Mi compare El Mono cantó aquella noche…Me levanté y le dije llorando: 'Ya no cantas tú más así en la vida'. ¡Cómo cantó por seguiriyas y soleá! Se me ponen los vellos de punta. Él no se lo creía, y en la barra le dije eso. No era consciente de lo que había hecho. Ya después, al tiempo, me lo reconoció. Lo hizo sin bailar ni , sino sentado. Cantó, ufff. A mí me destrozó, me pegué una jartá de llorar. Le cogió esa noche, y eso que ni allí estábamos borrachos ni , estábamos a gusto, y en familia".

Gregorio Fernández también se acuerda de la grandeza de María Soleá. "María estaba ya ciega, no veía, pero disfrutó como nunca. A mí me hizo llorar. La tuve que poner en el centro, en el tálamo, y de allí no se movió, pero cómo cantó".

Fue una noche y una madrugada intensa, "de las de ángel", asegura Rafael Romero, quien no olvida "los piques que tenían cantando Tío Enrique y Tío Paulera por bulerías".

En el apartado de anécdotas, Gregorio cuenta que a media noche "cayó una tromba de agua increíble, tuvimos que parar porque el techo era de uralita y sonaba que no veas". Aquel parón fue como una descarga de tensión, "porque después de la lluvia y todo fue diferente, se formó una fiesta que no veas. Fue como una liberación".

Otra de las curiosidades sucedió durante las cantiñas de 'El Pica'. "Al rematar el cante no se le ocurrió otra cosa que hacer el 'kirikiki', y al escucharlo, nosotros nos tiramos al suelo de risa. Al vernos se envenenó, con el labio pa abajo como él lo ponía, pero luego, al darse cuenta de lo que había hecho, se hartó de reír. Son detalles que no se olvidan", explica Rafael Romero.

A Moraíto, Tere Peña lo recuerda "como la luz de aquella grabación", y Gregorio no olvida "lo que nos dijo nada más montarnos en el coche: 'Esto va a salir bien porque viene mi primo Nene y él tiene buen vagío'"

Rafael, uno de los miembros de aquella famosa Filarmónica de Santiago, considera que aquel disco "no ha pasado ni pasará de moda, está vivo y sigue teniendo frescura 20 años después. Yo muero con la bulería del Pica".

Cuenta Tere Peña que lo peor de todo fue la edición. "Yo me llevé muchas horas de grabación y a lo mejor había cuatro bulerías y había que quedarse con una. Era como un puzzle, pero a medida que lo ibas escuchando te ibas dando cuenta de lo que se había conseguido".

Para Chicharito, otro de los integrantes de aquella vivencia, "en Jerez se han hecho dos grandes discos que recogen el cante del pueblo, uno es el Canta Jerez y el otro es el de Los Cayos Reales. Es el ejemplo más claro de cómo se ha cantado en el barrio de Santiago, y ahí quedará para la historia".

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