Primero compartió mesa con el queso. Después se convirtió en el rey del cóctel clásico. Y ahora vuelve a sentarse a la mesa para aportar un toque de distinción a las nuevas sugerencias de la coctelería moderna. González Byass se ha empeñado en demostrar que el brandy y el vino de Jerez comparten su versatilidad para adaptarse a todas las formas imaginables de consumo y despuntar en cualquier maridaje.
La bodega jerezana rinde homenaje por tercer año consecutivo al brandy Solera Gran Reserva Lepanto con otra original propuesta, en la que colaboran dos locales de moda de Madrid, los restaurantes Materia y Paraíso, encargados de elaborar cada uno dos nuevos cócteles basados en la combinación del destilado y el vino jerezanos.
Tras la exitosa ruta 'Lepanto around the world' en la que el brandy de González Byass despuntó con un paseo por restaurantes de alto standing de la capital madrileña (La Verónica, La Vanduca, El Gordo de Velázquez y Julieta Bistró) a través de algunos de los combinados clásicos -Sidecar, Alexander, Lumumba, Brandy Sour...- que triunfan en el mundo, 'Cócteles 100% Jerez' aspira a prolongar el renacido interés por esta bebida espirituosa con el maridaje gastronómico (aperitivo y a los postres) de cócteles innovadores.
El restaurante Materia abrió el miércoles la experiencia, cuya segunda entrega tendrá lugar el próximo 16 de marzo en Paraíso, nombre que casa con el destino que persigue Lepanto en su romance con los maridajes y los cócteles, las dos líneas explotadas en los últimos años por González Byass y que, según el enólogo de brandies de la casa jerezana, Luis Miguel Trillo, dejan buen sabor de boca.
Trillo guarda un grato recuerdo de los originales maridajes con quesos, la primera de estas experiencias novedosas con la que Lepanto entró en las cocinas de emblemáticos establecimientos como Abastos 2.0 (Santiago); DeLuz (Santander); Etxanobe (Bilbao) y Casa Gerardo (Oviedo) y que dio pie a la organización de unas jornadas en Tomelloso por iniciativa de su cooperativa quesera.
"El brandy ha estado muy ligado siempre al café -carajillo-, al chocolate y al puro, que tienen su público, pero hay un mundo por descubrir, otras muchas posibilidades, por lo que decidimos darle un punto innovador con los maridajes con quesos, para lo que estuvimos un tiempo trabajando con una maestra quesera hasta encontrar los productos que mejor le venían a Lepanto", señala el maestro destilador, al que sorprendió tanto su armonía con los quesos manchegos curados como su comportamiento en boca con quesos cremosos del Loira, el Stilton azul británico y el payoyo de Cádiz.
Si las tablas de quesos ocupan cada vez más sitio en las cartas de los restaurantes como aperitivo o como postre, la cultura de los cócteles importada de los países anglosajones donde es costumbre tomar un combinado antes de la comida está en pleno auge en España, donde representa otra buena oportunidad para que el brandy entre en la mesa.
"El brandy se presta a la coctelería, en la que va muy bien porque aporta el vino del que procede el destilado y el aguardiente de vino, que en el caso de Lepanto, el único brandy de uva palomino que se destila en Jerez, tiene doble destilación, lo que le aporta sus características especiadas y notas de madera envinada".
La gama Lepanto la integran tres brandies: Lepanto Solera Gran Reserva, con nueve años de maduración en botas de Tío Pepe y otros tres en Matusalén; Lepanto Solera Gran Reserva OV, premio Verema al mejor destilado en 2016 que envejece 12 años en botas envinadas con oloroso viejo; y Lepanto Solera Gran Reserva PX, también con doce años de crianza, los últimos tres en botas de Pedro Ximénez. Hay una cuarta versión Super Premium de este brandy, Lepanto Aurum, cuya exclusiva solera la forman seis botas en las que envejece durante más de treinta años.
Según Trillo, "la maduración en vasijas envinadas con jerez, como en el whisky, es clave en el resultado final del producto, en el que hay que buscar el equilibrio para no matar el aguardiente, las holandas, el origen vínico con la madera".
Tras la nueva incursión en la restauración madrileña de la mano de la coctelería, Luis Miguel Trillo se centrará ahora en la destilación en Jerez en el alambique de cobre que González Byass adquirió a una firma de cognac francés, proceso que se desarrolla entre enero y junio, y en el que, sólo para Lepanto, se emplea más de medio millón de kilos de uva del viñedo propio de la casa del 'Tío Pepe'.
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