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Jerez

Corresponsales de la pesadilla

  • Concejales del PP en el País Vasco, invitados por su partido a pasar unos días en la provincia, narran el terrible día a día de su ejercicio político en una comunidad donde la libertad es una mera entelequia

Militantes y concejales de 25 localidades de la provincia se reunieron ayer en el Hotel Trip, ubicado en la Alameda Cristina, para rendir homenaje y despedida a dos de los diez concejales populares del País Vasco que han pasado unos días en la provincia invitados por su partido para, de esta forma, apartarlos del clima de violencia que afecta a esta comunidad y "hacerles ver que es posible vivir de otra forma".

Numerosos políticos de peso del Partido Popular, como el secretario general andaluz, Antonio Sanz, el provincial, José Loaiza, y el presidente jerezano, Bernardo Villar, comparecieron para dar su apoyo a Germán López Bravo -concejal de Ondarroa cinco veces agredido por extremistas vascos- y Oscar Fernández, concejal bilbaíno de 32 años.

Fueron ellos, sin duda, los grandes protagonistas del acto en el que no faltaron los apoyos y el calor popular a unos hombres y mujeres que se juegan la vida por el simple hecho de mantener y defender sus ideas políticas.

Tal es la situación que a Germán López Bravo le conocen como 'El último mohicano', tanto por su condición de único concejal popular en la referida localidad guipuzcoana como por el hecho de que tenga tras de sí toda la presión de la izquierda abertzale.

Hombre claro en el mensaje, simple en los ejemplos, López Bravo destacó ante la nutrida audiencia que "en el País Vasco luchamos por defender principios tan establecidos en otras comunidades como son la libertad y la propia democracia. Muchos han muerto por estos principios, personas que dieron la vida como Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco, Indiano... Es de lógica que os pidamos esa solidaridad a manos llenas para repartirla después allí donde tanta falta hace". Hacía apenas unas horas que ETA volvía a hacerse notar con la explosión de una bomba en Tolosa. Germán López señaló que "por supuesto que lo condena, pero no quiero convertirme en un mero condenador. Las verdaderas condenas tienen que venir de manos de los jueces". Lo decía ayer un hombre que vio cómo los batasunos expulsaron a los populares del Ayuntamiento. Así porque sí, no quedándoles más remedio que refugiarse en unas instalaciones de la Diputación. Cuando salió elegido apenas pudo jurar su cargo porque "el salón estaba lleno de bestias que lo impidieron".

Este hombre que ha abierto "cinco telediarios por las agresiones que he sufrido" lanzó ayer un mensaje: "Hay que convivir".

Tras él, quien habló fue Oscar Fernández, quien esperó a los 18 años para afiliarse al PP. Fue en 1994 cuando lo hizo y desde entonces ha sufrido la brutal presión de los asesinos y de quienes les apoyan. Este hombre joven reconoció lo duro que es "algo tan simple como pasear con tu novia y no poder besarla porque llevas un ejército (de escoltas) detrás. Allí defendemos un proyecto llamado España. Ni más ni menos. Somos vascos y españoles y no comulgamos con las ensoñaciones nacionalistas que provocan que un crío, desde la ikastola, reciba mensajes como que su país tiene siete provincias (tres en España y cuatro en Francia) o escuche cánticos como 'español el que no bote' en un claro ejemplo de educación en el odio y en el rechazo a símbolos de unidad".

El simple hecho de que en el salón del Hotel Trip hubiera tres banderas (UE, España y Andalucía) llamó la atención de este joven político: "Esto, tan sólo esto, ya supone allí una guerra de banderas".

Mientras el problema vasco sigue pendiente en el calendario de los políticos, "más de 200.000 ciudadanos vascos se han marchado de su tierra en los últimos años, de un País Vasco que no sería nada sin España".

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