Jerez

Denuncian un salvaje apaleamiento a cargo de una banda de menores

  • La agresión se produjo en la plaza de los Girasoles del Olivar de Rivero por un pequeño percance de tráfico

"Se creen que pueden hacer lo que les venga en gana porque son menores de edad y la verdad es que ha estado a punto de suceder una desgracia". Quien así habla es Pilar Ruiz, madre de un joven de 26 años el cual prefiere mantenerse en el anonimato y que fue salvajemente apaleado recientemente junto a su esposa en la plaza de los Girasoles del Olivar de Rivero. "La calle de la plaza es muy estrecha y al pasar por allí rozó un ciclomotor". El joven, siempre según la versión de su madre, iba acompañado por su esposa, de 25 años, y el hijo de ambos, un bebé de 14 meses. "Paró el vehículo con la intención de dar los datos del seguro, pero apenas pudo bajarse porque a través de la ventanilla le lanzó un puñetazo que le abrió el labio". Según dijo la madre, el agresor era un joven que llevaba un anillo con forma de león "que le abrió una brecha y comenzó a sangrar. Poco después salió del coche como pudo y recibió otro golpe que le dejó sin conocimiento en el suelo". Acto seguido vino la lluvia de golpes y patadas, lanzados ya por un grupo de jóvenes. "Mi nuera intentó ayudarlo -señala Pilar Ruiz- pero también se llevó golpes". De vuelta al coche "lograron escapar de allí como buenamente pudieron" y -así consta en la denuncia- fueron auxiliados por una vecina después de que el agredido se apeara del vehículo al percatarse de que no podía conducir". Pilar Ruiz asegura que los jóvenes que paran en esta plaza tiene atemorizados a los vecinos "amparados en su condición de menores". Eso fue precisamente lo que dijo el principal encartado cuando se enteró de que la víctima había avisado a la Policía Local: "Me da igual que vengan o no vengan, que soy menor de edad y no pueden hacerme nada". La madre del joven agredido sostiene que cuando se personó la pareja de la Policía Local "los que ya tienen más de 18 años y que intervinieron en el apaleamiento se quitaron de enmedio dejando en el lugar a los que aún no tienen la mayoría de edad", que son la mayoría.

Los problemas no concluyeron con el apaleamiento de su hijo, señala Pilar Ruiz, quien señala que la tensión continúa pues cada vez que pasamos por allí "nos miran de forma desafiante buscando pelea en cuanto pueden". La agresión le ha costado a su hijo "una depresión y que haya decidido encerrarse en casa sin salir para nada".

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