El pasado viernes tuvo lugar la clausura y entrega de recuerdos de la iniciativa que por segundo año consecutivo ha organizado Hogar La Salle. Esta vez, las actividades han sido fruto de la colaboración con Cáritas y la orden hospitalaria de San Juan de Dios. Con este acto simbólico se pone punto y final a una semana llena de actividades en las que han participado hasta 40 niños, unos 10 más que el año anterior.

"Los beneficiados son familias con las que trabajamos todo el año, las distintas entidades de la zona norte les ayudan con talleres y actividades, y este es el culmen y el cierre de todo el año" explica Juan Bautista, hermano y coordinador del centro Hogar La Salle, donde se llevan a cabo muchas de las actividades que realizan los niños. La organización y celebración de estas segundas colonias no hubiera sido posible sin la participación de hasta 20 voluntarios de las distintas instituciones, la mayoría universitarios que todos los días se encargan de atender las necesidades y hacer una post evaluación para llevar el seguimiento diario de los más pequeños.

"Queremos conseguir la unión de las iglesias de la zona y que estén al servicio de las familias"

Este año, la semana ha girado en torno a las emociones, a diferencia del anterior, cuyo eje principal fueron los super poderes. "Intentamos que los niños verbalicen sus emociones, cuando hay cualquier problema entre ellos intentamos que expliquen cómo se sienten y qué piensan. Queremos que las reconozcan y que no les sobrepasen, que aprendan a controlarlas. Les ayudamos a superarlo si una emocion negativa les paraliza y no les deja avanzar, y les empoderamos para que superen esa emoción desde un punto de vista positivo", comenta Anabel Montero, referente de infancia en Cáritas Diocesana.

Con esta iniciativa, Hogar La Salle, Cáritas y la orden de San Juan de Dios pretenden desarrollar la idea de comunidad mostrando a las familias que pueden acudir a ella, que las instituciones tienen recursos para ayudarlos. "Queremos quitar el estigma de colonias para niños pobres, la verdad es que la mayoría de las familias beneficiadas tienen dificultades, pero otras son familias que puntualmente están pasando un momento difrícil, y eso no hace que los niños sean diferentes", afirma Montero.

Una de las ventajas de esta idea de comunidad desarrollada ha sido la buena acogida de los negocios de la zona, que tras escuchar la iniciativa han colaborado facilitando alimentación o posibilitando a los niños disfrutar de sus instalaciones en el caso de Piscinas Jerez o el Zoo.

"Queremos conseguir la unión de las iglesias de la zona para que estén al servicio de las familias que están sufriendo, siempre es mejor sumar", destaca Juan Bautista, refiriéndose al valor de la colaboración entre las distintas parroquias de la zona, que durante dos meses han trabajado para que estas colonias fueran posibles. La organización reconoce que por ahora esta iniciativa está dirigida a niños de entre seis y doce años, pero no descartan en un futuro proponer algún tipo de actividad similar para niños a partir de trece años, "sabemos que la adolescencia es una época difícil, pero por eso mismo necesitan también un apoyo", cuenta Ignacio Sanchez Galán, párroco del Pilar.

El año que viene Hogar La Salle pretende continuar trabajndo para ofrecer este proyecto a más familias, ya que cada año están más convencidos de la importancia de su labor social para contribuir al desarrollo de la comunidad con ayuda de las instituciones y parroquias de la zona norte, tal y como dice Juan Bautista, "juntos siempre somos más".