La Policía hizo ayer en Madrid balance oficial de la operación antidroga 'Corralito' que la unidad de elite Greco desarrolló en Jerez durante el pasado mes de julio y que se ha saldado con la detención de 29 personas como presuntas autoras de delitos contra la salud pública y asociación ilícita. Varios miembros de la Policía Local de Jerez y del Cuerpo Nacional de Policía han sido imputados judicialmente durante el seguimiento de la trama, según ha podido conocer este medio, aunque la Policía no informa oficialmente de esta línea de investigación. Los agentes no han sido detenidos ni han ingresado en prisión, han señalado círculos próximos a ellos.

El Grupo de respuesta contra el crimen organizado (Greco) y otros servicios policiales realizaron 16 registros de domicilios con las oportunas autorizaciones legales en varios puntos de la ciudad. La operación ha permanecido bajo secreto de sumario judicial por lo que la Policía no pudo dar hasta ayer una nota oficial del importante operativo, indicaron fuentes de este cuerpo.

Más de cien agentes de distintos grupos de la Policía Nacional han participado en la operación 'Corralito' que continúa abierta mientras que se procede a la investigación patrimonial de los arrestados, "concretamente propiedades inmobiliarias de alto valor económico", indicó ayer la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil. De determinarse que esas propiedades han sido adquiridas con dinero procedente de negocios ilegales podrían ser confiscadas. Como se señala, varios miembros de las fuerzas de seguridad han sido investigados, pero se desconoce en qué grado.

"La mayoría de los detenidos pertenece a un mismo grupo familiar", (dijo la Policía ayer en su comunicado oficial remitido a los medios de comunicación y expuesto en su página web oficial) que contaba con el apoyo de varios colaboradores de nacionalidad colombiana que residían en Madrid y que se ocupaban del suministro de la droga, una práctica muy extendida en la zona en los últimos años: ciudadanos colombianos suministran alijos de gran pureza ('roca', en el argot policial) que permiten numerosas adulteraciones hasta que las dosis llegan al consumidor final por lo que los narcotraficantes consiguen pingües beneficios.

Se han realizado dieciséis registros, diez de ellos simultáneos para evitar la fuga de algunos de los sujetos encartados en la trama y la destrucción de las pruebas, en los que han sido intervenidos más de tres kilogramos de clorhidrato de cocaína, once vehículos, dos pistolas, más de veinte mil euros y gran cantidad de joyas.La mayoría de los ciudadanos apresados ha ingresado en prisión tras ser puestos a disposición de la autoridad judicial.

La operación "Corralito" forma parte de una amplia investigación desarrollada sobre un clan familiar, asentado en Jerez presuntamente dedicado a la distribución de importantes cantidades de cocaína en la zona, indicó ayer la Policía. La primera fase del operativo se llevó a cabo durante los primeros días del mes de julio, cuando los investigadores averiguaron que los miembros de la banda habían organizado un envío de dos kilogramos del estupefaciente desde Madrid. Al mediodía del pasado día 7, se detectó la llegada de dos ciudadanos colombianos desde la capital para mantener un encuentro con los compradores en Jerez. En el momento de la entrega, los policías procedieron a la detención de todos los participantes en la transacción y hallaron ocultos en el interior de uno de los vehículos dos paquetes con droga. Posteriormente se detuvo a nueve individuos más directamente relacionados.

La segunda fase de la operación prosiguió con los llamativos registros de domicilios del bloque de pisos conocido como el 'Titanic' en la zona sur, la conflictiva calle Z, el 'santuario' de la venta de droga en Jerez, y otro en las inmediaciones de las casitas bajas del polígono de San Benito cerrándose así tres "importantes" puntos de venta de estupefacientes. En estos lugares se realizaba la distribución de la cocaína a pequeña escala a toxicómanos residentes en Jerez y localidades cercanas. Los investigadores realizaron estos registros sobre los días 22 y 23 de julio.

La Policía detuvo en esta segunda fase a veinte personas entre los que se encuentran los responsables directos del narcotráfico y sus colaboradores. Además se incautaron más de ochenta 'papelinas', once vehículos, algunos de alta gama, equipos informáticos y electrónicos, dos armas de fuego reales y varias simuladas. Posteriormente en una tercera fase han sido imputadas dos personas más que encubrían la actividad delictiva de dicho clan.

La fuerza de seguridad realizó en esa fase un amplio despliegue con unidades del Greco, la Unidad de prevención y reacción (Upr) de la comisaría local, agentes antidisturbios de la Uip (unidad de intervención policial), Grupo de operaciones especiales (Goes), guías caninos para que los perros detectaran posibles alijos ocultos y miembros del Grupo de subsuelo de la jefatura superior de Sevilla, con el objetivo también de detectar posibles partidas de droga ocultas o recuperarlas en caso de que los narcotraficantes se deshicieran de ellas arrojándolas por los retretes, como ha pasado en varias operaciones anteriores desarrolladas en Jerez.

Los investigadores llegaron incluso a aislar a los dos cabecillas de la organización delictiva trasladándolos a la comisaría provincial de Cádiz para reforzar su incomunicación y evitar de esta manera que pudieran dar el 'agua' a sus compinches.

Otro de los datos que se conoce de la operación 'Corralito' es que algunos de los sujetos encartados en las diligencias policiales y judiciales están acusados igualmente de utilizar a menores de edad a la hora de vender y transportar las drogas, ardid que adoptan para dificultar la acción policial y una posible imputación.

La Policía no ha facilitado iniciales de las identidades de ninguno de los 29 detenidos en la operación 'Corralito', aunque se sabe que algunos cuentan ya con antecedentes.

Las actuaciones continúan bajo tutela judicial y depararán sorpresas, a medida que avancen las pesquisas ya que agosto es mes hábil desde el punto de vista penal, y más cuando se ha levantado el secreto de sumario.