Jerez

Grandes esperanzas

HAy padres que se dejan llevar por el entusiasmo y, simplemente porque el pequeño ha sacado buena nota en una redacción , se lo imaginan como el próximo Nobel de Literatura; si ha marcado un gol en el partido de fútbol del barrio, lo ven convertido en un nuevo Ronaldo o si la niña ha hecho un solo en el coro de la parroquia, indudablemente la veremos dentro de pocos años recogiendo un Grammy. Desgraciadamente, menos en casos muy contados, la vida se va encargando de deshojar una por una esas grandes esperanzas y con el panorama que tenemos, habrá que darse con un canto en los dientes si vemos a estos pequeños con un trabajo mínimamente digno y acorde a sus capacidades. No obstante, esto no es una oda al pesimismo, sino todo lo contrario. Quien tenga una aspiración, que haga todo lo posible por conseguirla, que de los cobardes nunca se ha escrito nada, pero eso sí, que lo haga. Que sin trabajo no hay premio que valga.

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