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Reflexiones sobre psicología

'Hackers' y otras curiosidades

  • Una mirada "a vista de pájaro" del entramado social en que vivimos nos aporta una multiplicidad de visiones complejas y contrapuestas

No vamos a hablar de virus, "infecciones" y otros menesteres Informáticos. Hecha esta aclaración, por si del uso de estos términos pudiese derivarse esa impresión, cabría decir que el término Hacker, -no confundir con Cracker- va más allá de todo eso. Surgió en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación pero la cultura y ética Hacker se han expandido por lugares lejanos a su nicho ecológico inicial.

A comienzos de la década de los sesenta (siglo XX), un grupo de programadores del MIT comenzaron a denominarse Hackers.

En los ochenta, los medios de comunicación aludían frecuentemente con dicho término a la caterva de criminales informáticos -los "malos", por simplificar- que se dedicaban a desarrollar virus diversos con objeto de piratear, infiltrar y destruir los sistemas informáticos de propios y extraños. Para evitar malentendidos, los Hackers -los "buenos"- comenzaron a denominar a esos piratas informáticos Crackers.

No voy a hablar ahora de Informática, sino del modus vivendi de muchas personas (las llamaremos, también, Hackers). Su modo de ser, pensar y plantearse la vida se parece mucho a lo que comenzó a denominarse "ética Hacker" y no tiene por qué estar relacionado con ordenadores, redes y tecnologías similares. Intentaré explicarme. Muchos artistas, profesores, artesanos, profesionales diversos... podrían ser considerados Hackers porque en ellos se dan una serie de circunstancias que los singularizan. Disfrutan de y con su trabajo, son creativos y llenos de energía, el dinero (una vez que tienen suficiente para vivir) no es el motor de sus vidas, se apasionan con lo que hacen y encuentran tiempo (sí, ese preciado bien) para hacer muchas cosas diversas ya que no conciben el mismo desde el punto de vista de la producción empresarial taylorista... Son personas flexibles y dueños de sus actos, anteponen su libertad personal ante otros bienes más mundanos que, a la larga, acaban convirtiéndose en cadenas e hipotecas vitales insufribles; son antiautoritarios, ya que respetan a los demás porque han aprendido a respetarse a sí mismos... Conviven con el aparente caos y productividad de su entorno sin dejarse influir más allá de lo que su espíritu les permite, pero dejando hacer a los demás; predican con el ejemplo, pero no pretenden ser profetas de nada ni de nadie; viven y dejan vivir.

La "ética Hacker" supone un revulsivo contra todo el complejo escenario representado por la "ética protestante del trabajo".

El espíritu libre de los Hackers les lleva a tener una verdadera pasión por aprender y transmitir lo que aprenden, no guardándose -cual usureros- el conocimiento al que tienen acceso. Para ellos la información es fuente de mejora y es necesario "abrir puertas" más que "cerrar cajones".

Suelen ser autodidactas de la vida y preguntan, sin complejos, cuando no saben algo. Ayudan, en definitiva, a otros/as a encontrar el conocimiento. Estructuran su tiempo en formatos mucho más flexibles, disfrutando de la vida y sacando momentos de ocio a lo largo de su jornada. Su mismo trabajo, fuente de satisfacción, lo viven -muchas veces- lúdica y creativamente.

"Compartir conocimiento y experiencias versus acaparar la información y caer en la competición salvaje": interesante ecuación.

En los tiempos que corren, en todos los aspectos, ¿podríamos aprender algo de esta nueva ética o, por el contrario, estamos tan cómodos y seguros de nuestros estilos de vida que no nos merece la pena plantearnos un cambio de escenario...?

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