Jerez

Horeca comparte la necesidad de sancionar los abusos en los veladores

  • La patronal hostelera entiende que se persigan los incumplimientos, pero afirma que hay "mucha demagogia" en las críticas al sector

  • "Es un servicio sin el que no se entendería la ciudad", apunta

Manifestación de los defensores del patrimonio histórico de Jerez, ayer a su paso junto a los veladores de la calle Consistorio.

Manifestación de los defensores del patrimonio histórico de Jerez, ayer a su paso junto a los veladores de la calle Consistorio. / pascual

"Al que no respete las normas, sanción al canto". La patronal Horeca no tiene nada que objetar a la decisión de Urbanismo de perseguir los incumplimientos en los veladores del casco histórico, asunto que el delegado municipal del ramo, Francisco Camas, reconoció en declaraciones a este medio que se les ha ido un poco de las manos y frente al que el presidente de los hosteleros de Andalucía y la provincia, Antonio de María Ceballos, considera lógico, que se actúe, porque "hay unas reglas del juego, que son las mismas para todos, y hay que respetarlas".

Los veladores de los establecimientos hosteleros es un tema recurrente en los encuentros entre responsables municipales y Horeca, explica De María, quien entiende que el Ayuntamiento adopte medidas contra los incumplidores, por ejemplo, "contra los que tienen licencia para 20 metros y ocupan el doble".

De María sostiene que el auge de los veladores en Jerez responde a la apuesta por el turismo

Dentro de estos términos, es decir, dentro de lo que supone la distribución de los veladores, la superficie que ocupan, para facilitar la convivencia de la actividad hostelera y los ciudadanos, Horeca no tiene ningún reparo en que se regule y se sancione a los que no cumplan, entre otros motivos, porque entiende que las terrazas de los bares, y más ahora con su proliferación, es una importante fuente de ingresos para el Ayuntamiento.

A partir de ahí, la patronal hostelera cree, sin embargo, que hay mucha demagogia en torno a este asunto, pues recuerda que los veladores son "un servicio a la ciudadanía y visitantes, una pieza fundamental sin la que no se entenderían las ciudades que apuestan por el turismo".

"No son para uso de la familia del dueño del bar o para amigotes; los que se sientan en las terrazas son conciudadanos y turistas", señala De María, quien equipara los veladores a los aseos de los establecimientos hosteleros, que a su juicio suplen la carencia de urinarios públicos en las ciudades.

En este sentido, el presidente de los hosteleros defiende que turismo y hostelería, incluidos los veladores, son complementarios, pues "la gente visita los monumentos y luego se sienta en una terraza a tomar algo o a disfrutar de la gastronomía de la zona, y eso pasa aquí como en cualquier otro sitio del mundo".

De María responde así a las críticas vertidas a través de las redes sociales por defensores del patrimonio que consideran una aberración que se permita la instalaciones de veladores en la plaza de La Asunción por el valor histórico y monumental de los edificios que la circundan.

El presidente de Horeca sostiene que todo es cuestión de repartir bien el espacio, para lo que invita a los críticos a visitar cualquier ciudad de Italia en la que asegura que hay multitud de veladores junto a todo tipo de monumentos sin que esto suponga ningún problema para la convivencia entre hosteleros, ciudadanos y turistas.

"Es un servicio que hay que ordenar y que se hagan respetar las normas; es como el código de circulación, que funciona, y si alguien se salta un semáforo, se le sanciona", explica De María, quien insiste en que hay demasiada demagogia sobre los veladores, "que si los hosteleros nos apoderamos del espacio público, que si lo hipotecamos...", cuando a su juicio habría que tener más en cuenta el trabajo que generan y la recaudación que representa para las arcas municipales en lugar de fijarse en otras cuestiones que considera menores, como que haya locales que por falta de capacidad apilen las sillas y mesas en la vía pública en las horas de cierre, "cosa que no molesta a nadie".

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