Cáritas denunció ayer que en el transcurso del último mes sus instalaciones, en concreto, las situadas fuera de la ciudad, están siendo objeto de robos, que si bien no son de una elevada cuantía en cuanto al material sustraído sí ocasionan un daño importante en las instalaciones. En concreto los robos se han producido en la casa que tiene Cáritas en El Portal donde presta programas de atención a menores y en la zona de Guadalcacín, donde la institución desarrolla su proyecto de agricultura ecológica, como parte de los programas de formación para la inserción socio laboral. En este lugar, por ejemplo, han desaparecido herramientas y utensilios. Desde Cáritas lamentaron lo que está ocurriendo e indicaron que estos hechos, que ya se han denunciado ante la Policía, "perjudican el desarrollo de la labor de entrega y ayuda a los que más lo necesitan".

El director de Cáritas, Francisco Domouso, indicó que si se han decidido a hacer pública la denuncia es "para sensibilizar a la población. Son robos de poca cuantía pero con un daño importante ya que levantan techos, revientan puertas, destrozan todo lo que ven, desde mobiliario hasta lo que para la persona que ha entrado a robar no tiene ningún tipo de valor". En este sentido, Domouso, dejó claro que en dichas instalaciones no hay por supuesto dinero ni nada de valor "pero sí se hace un daño tremendo porque tenemos que invertir tiempo, recursos y personal para de alguna manera normalizar la situación que tenemos en esa casa o en ese sitio". Recordó que además de las oficinas de Cáritas, en las que se atiende directamente a las personas, la institución cuenta con estos espacios, generalmente fuera de la ciudad, para el desarrollo de distintos programas, y es en ellos donde están ocurriendo los robos.

Hay que recordar que ya hace más de cinco años, Cáritas sufrió otro robo en esta ocasión de mayor envergadura, ya que se trató de 2.500 kilos de alimentos que estaban en un almacén de la entidad en San Mateo y que iban a ser repartidos entre más de 200 personas sin recursos de esta zona de la ciudad. Tras denunciar esos robos, Cáritas se vio desbordada por los múltiples ofrecimientos de ayuda. Pocas semanas después la Policía Nacional detuvo a dos personas como presuntos autores y curiosamente, uno de ellos era beneficiario de otras Cáritas Parroquiales. También se logró recuperar unos 100 kilos de los alimentos que se habían sustraído para su venta en el mercado negro.