solidaridad

De Jerez a Roma, a pleno pulmón

  • Juan Meira partirá de la ciudad hacia la capital italiana en una bicicleta plegable para dar visibilidad a la fibrosis quística, enfermedad crónica que sufre su amiga Paz Bononato.

Toda buena historia tiene protagonistas que divergen y convergen en diferentes puntos de la misma. Esta tiene dos. Ella, con el pelo rubio y largo; él, moreno y corto. Son muchos centímetros de altura que separan sus caras, una con barba y la otra suave. Pero ambos cuerpos, tan distintos por fuera, comenzarán a notar los mismos síntomas hasta alcanzar un objetivo: dar visibilidad y conseguir financiación para la fibrosis quística. "Por respirar", dice ella. "Por que ellos respiren", afirma él.

Ella es Paz Bononato y tiene fibrosis quística; él es Juan Meira y recorrerá de Jerez a Roma en bicicleta plegable por su enfermedad. Los que padecen esta afección saben bien lo que es la falta de aire, la misma que sentirá Juan cuando tenga que cruzar los Alpes franceses o los Pirineos en una bici de tan solo tres velocidades con el apoyo de su físico y, a lo sumo, de un compañero cubano que se agregará a la aventura en Barcelona. No cuenta con un camino estipulado, solo sabe que saldrá el 22 de agosto y que pretende llegar en la primera semana de octubre para celebrarlo.

Parece una locura y, de hecho, lo es. Cualquiera que viera a Juan con su bicicleta en pleno centro de Jerez pensaría que es imposible que ambos lleguen a Roma. "La mayor preocupación y lo que más preguntan es qué pasa si se me pincha una rueda", afirma Meira, que no para de sonreír en ningún momento. Su compañera, Paz Bononato, está segura de que lo va a conseguir y que lo celebrarán juntos en la capital italiana, donde hace dos años recibió la noticia de que la seguridad social le financiaría un medicamento que hoy le permite respirar al 90% y no al 60% de capacidad, como hasta entonces le permitían sus pulmones.

Meira no ha preparado el camino. Pero no le preocupa, piensa hacer entre 70 y 90 kilómetros al día; ya llegará. Dormirá en bosques o donde pueda, sin temor a multas por la prohibición de acampada libre. Vestirá unos zapatos y ropa cómoda, descartando 'maillot' o zapatillas de competición. "Ropa que en caso de mojarse se sequen rápido", esgrime. Pasará los Pirineos y los Alpes, puertos de montaña de una inclinación tremenda con una bici de ruedas de 16 pulgadas de diámetro. "Si veo que no puedo, empujaré", afirma. La nutrición también es importante: "Yo cojo algunas cosas naturales o hay gente en el camino que me ofrece comida". Todo parece estar sujeto con pinzas en esta aventura.

No es la primera vez que Juan realiza una aventura así, aunque sí será la más larga. Ha completado otros viajes de esta forma -se estrenó haciendo el Camino de Santiago- y afirma que la gente es buena. Rara avis, aún cree en la bondad del ser humano. Bononato lo mira y afirma que es por cómo trata él al resto de personas. "Es su actitud", afirma Paz confiando en que esto le ayudará a pedalear hasta Roma.

A pesar de que se plantean pocos, faltan aún algunos detalles por apuntalar. Lo deja guardado en la grabadora incluso: "Juan, tienes que ponerle las luces a la bici". Lo mejor es la aventura y en la maleta -que irá a modo de enganche en la trasera de la bici plegable- llevará lo justo y necesario para realizar el trayecto y poder contactar cada día con Paz y que ella sea narradora. Incluso, en el momento piensan en establecer un horario para poder conversar. Él aporta la idea de llevarse un móvil antiguo con el que llamarla para no tener que utilizar la batería de aquel con el que grabará los vídeos que ofrecerán a través de las redes sociales. Bonolala y 2plega2, los conceptos a colocar en el buscador para seguirlos. En la web www.2plega2.com irán contando la historia completa, cuando comience en agosto.

De momento, recaudan fondos para la Asociación Española de la Fibrosis Quística. Parece que los dos solo tienen dos cosas en mente: llegar a Roma y hacer visible esta dura enfermedad crónica.

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