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El Rocío

Jornada tranquila de los rocieros jerezanos

  • El paso de la hermandad del Rocío por el Coto se ha desarrollado con total normalidad y buen tiempo

La de ayer era una jornada mucho más corta que la del pasado martes donde la hermandad del Rocío de Jerez avanzaba a un ritmo más acelerado al tener un recorrido bastante más largo por delante.

Hoy, en cambio, la comitiva levantaba campo en el 'Corral de Félix' y un poco más allá pasaba por 'El Cancelín'. Los rocieros jerezanos volvían a hacer un alto en el camino para llevar a cabo el rezo del Ángelus. Un rezo que tuvo lugar al mediodía una vez pasado el cerro y antes de llegar a la zona de Carboneras, en el mismo corazón del Coto de Doñana.

Las 'roás' abrieron de nuevo el sendero para la hermandad que tomaba el sendero arenoso. Justo en la zona de la 'Cuesta de la Leche', se hacía de nuevo un alto en el camino para organizar el rengue del almuerzo. Una comida distendida que se dilató durante unas horas puesto que ya se había avanzado lo suficiente como para no tener prisas. Es un momento en el que se degusta la comida y se reflexiona sobre lo vivido y sentido en los días de romería.

Momentos en lo que se recuerdan el encuentro con la Blanca Paloma, instantes en los que se reviven los más importantes instantes rocieros de esta romería.

Fue es este lugar donde también muchos aprovecharon para bautizarse. Junto a la carreta hubo cante por sevillanas y abrazos para aquellos que se estrenaron en los caminos del Coto y ya quedan sellados para siempre.

A partir de ahí, sobre las 19 horas, la hermandad volvió al camino para ir avanzando, poco a poco, hasta llegar a la zona de 'Marismilla'.

La noche de los niños

Fue aquí donde la hermandad hizo noche. Una velada muy especial si tenemos en cuenta que es la última en el Coto de Doñana, auténtico paraíso natural donde las hermandades gaditanas tienen el privilegio de atravesar durante la peregrinación camino de la aldea. Pero la noche pasada fue la de los niños que no estuvieron en el camino. A primera hora de la tarde, un vehículo se acercaba a Jerez a recogerlos para que acudieran hasta 'Marismilla' con el fin de poder vivir con el resto de la hermandad la última noche en plena naturaleza.

Llegaron los niños y se hizo cantera. Y el rosario que cierra la jornada estuvo dedicado a ellos. Una noche cargada de esencias también y de espera a la vida cotidiana que espera más allá, al otro lado del río, donde espera el trabajo y los quehaceres. A la espera de la romería del año que viene. Aunque hay que decir que la presencia de la Virgen del Rocío tendrá continuidad el próximo día 8 de septiembre en el que la Virgen volverá a salir con motivo del centenario de su coronación canónica. Saldrá en procesión y volverán los sentimientos rocieros.

Pero en cualquier caso faltará el Coto, y el camino y las arenas. Y esa noche en 'Marismilla' donde todo parece de un color distinto. Donde el cielo parece menos oscuro y las estrellas se aprecian con el blanco fulgor de una belleza serena que habita en Almonte.

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