Obituario

Manuel Cintado, de la prisión al Ayuntamiento

  • Fallece a los 94 años el jerezano que fundó el PA y acabó dejándolo entre lágrimas

Manuel Cintado, en la hemeroteca de Diario de Jerez.

Manuel Cintado, en la hemeroteca de Diario de Jerez. / José Gerardo

Un histórico de la política local fue enterrado ayer en el cementerio de Jerez. Se trata de Manuel Cintado Arranz, un hombre con inquietudes políticas que incluso fue condenado a prisión en 1970 por el simple hecho de asociarse políticamente en el entonces incipiente Partido Comunista. Pese a todo, su máxima expresión política la brindó formando parte del Partido Andalucista (PA), del cual fue uno de sus fundadores. Todo cambió cuando el PA de Rojas-Marcos expulsó de sus filas al por entonces todopoderoso y omnipresente alcalde de Jerez Pedro Pacheco. Eso provocó la fotografía de su vida: la entrega del carné del PA con lágrimas en los ojos. A los 94 años abandonó este mundo en busca, a buen seguro, de paraísos más plácidos y más solidarios. Este veterano fundador del Partido Andalucista fue un combatiente político en su máxima expresión. No en vano fue uno de los primeros que solicitó a Pedro Pacheco que urgiera a la militancia a abandonar el barco del PA e intentar sacar del puerto a un PSA que, finalmente, tan sólo navegó por aguas cercanas a Jerez. A Manuel Cintado Arranz tan sólo había que empujarle para que pusiera en su sitio a todo el mundo. No se cortaba lo más mínimo a la hora de colocar calificativos tales como el de “nefasto” a Rojas-Marcos, “pobre hombre” a un mediano cargo andalucista cuya gloria ya pasó, o “chorizo” al diputado nacional andalucista José Núñez. De José Hurtado dijo que “es una polilla para el Ayuntamiento de Jerez”. Visto queda que no tenía pelos en la lengua. Su trabajo en la clandestinidad fue premiado en vida, que es siempre lo más importante. Sucedió hace ahora casi 20 años, concretamente en 1997, cuando se le concedió la Placa de Plata de la Provincia de Cádiz junto a otros destacados ciudadanos como son los casos de Esteban Caamaño Bernal, Manuel Díaz Doña, José Mena Ortega y Antonio Morillo Crespo.Cabe destacar que estuvo emparentado, a través de su hermana Ana, con la familia Salmerón, que diera a la ciudad su más famosa saga de pilotos, caso de Antonio Salmerón que prácticamente voló hasta que superó los 85 años de edad, fumigando y haciendo verdaderas diabluras con dos alas y viento de cola. Fue un duro golpe para la familia la pérdida de José Antonio Salmerón Cintado, un brillante comandante de Iberia jerezano, al que una res corneó mientras grababa un vídeo en una fiesta taurina en el norte de España.Fue en febrero de 1971 cuando Manuel Cintado vivió algunos de los peores días de su vida. Contaba por entonces casi 50 años de edad y el Tribunal de Orden Público le condenó a un año de prisión por algo tan simple hoy en día como afiliarse a un partido político. Junto a él fueron castigados Rafael González Sánchez, Juan Borrego Terriza, Francisco Valle Muñoz, Antonio Palacio de Vera, Manuel Romero Ruiz, Juan Sánchez Pazos y Miguel Lozano Rodríguez. Se les acusó de haberse afiliado entre 1963 y 1968 y haber realizado “una labor proselitista y tomar parte en reuniones orgánicas además de abonar cuotas periódicamente, hasta que fueron detenidos en 1970”.Cabe destacar que a uno de los enjuiciados se le acusó de celebrar una reunión en Madrid en la que logró recaudar 38.250 pesetas, las cuales iban a ser distribuidas “entre los obreros agrícolas en paro en la comarca jerezana. De esta cantidad le fueron intervenidas 17.000 pesetas, al ser detenido”. Ni que decir tiene que ese dinero jamás llegó a su destino. Manuel Cintado Arranz fue condenado a un año de prisión en este proceso por unos motivos que hoy serían sencillamente impensables.El ex concejal jerezano y miembro del Consejo Asesor de Diario de Jerez Manuel Ángel González Fustegueras recordaba ayer que “en 1993, siendo yo diputado independiente del PA en el Parlamento de Andalucía, cuando se tomaba la decisión de expulsar a Pedro Pacheco del PA, se presentó sorpresivamente en Sevilla para renunciar a su militancia en este partido en apoyo a Pedro Pacheco, y cómo no, a despotricar de Rojas-Marcos. No perdonaba a los otros militantes del PA de Jerez que se alinearan con Rojas-Marcos”. “Mantuvo siempre -abunda Fustegueras- por lo que pude saber de otros históricos del andalucismo y siguiendo la tradición del sindicalismo jerezano, una magnífica relación con los sindicatos del campo, en especial con el Sindicato de Obreros del Campo, que se puso de manifiesto en varias ocasiones, en especial en alguna huelga de hambre que Paco Casero realizó y en algunas detenciones que el gobierno del PSOE realizó sobre jornaleros”.

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