Pasarela Flamenca Jerez 2008

Mil y una gitanas en La Atalaya

  • Brillaron los diseños de Cristo Báñez, Mariví Salmerón, Melisa Lozano y Juana Martín

La clausura de la Pasarela Flamenca Jerez 2008 se celebró ayer ante la expectación de cientos de seguidores que asistieron para disfrutar de los desfiles de los diseñadores Cristo Báñez, Mariví Salmerón, Melisa Lozano y la popularísima Juana Martín, cuya presencia fue quizá una de las más esperadas de toda la jornada.

Nuevamente se volvió a llenar la Sala Misterio del Museo de la Atalaya en cada una de las presentaciones de los modistos participantes, lo que demostró el éxito rotundo de esta primera edición de la que empieza a considerarse como la nueva plataforma provincial de muestra y exportación en lo referido a las tendencias de la indumentaria regional andaluza.

El primero en abrir esta última jornada fue el almonteño Cristo Báñez, al que muchos califican como el diseñador oficial de la casa de Alba. Tras las flamencas urbanas que presentó el pasado año en la decimotercera edición de SIMOF (Muestra Internacional de Moda Flamenca) ayer, con su colección 'Almonte', presentó unos diseños funcionales en donde destacaron los contrastes de colores fuertes y la fusión entre los faralaes y una rescatada línea de los años cuarenta cuyos evocadores cortes volvieron a traer a la palestra a una glamurosa y extinta Hayworth con sus altosguantes negros y esos vestidos ajustados con los que apareció en Gilda. Verdaderas obras de artes a las que dotó de una gran elegancia. Además, fusionó tanto los vestidos de flamenca como los de corte rociero con los varoniles trajes de corto, en detalles como los sombreros cordobeses y los tirantes. Toda una apuesta por la sensualidad.

El joven modisto, que desde que presentó su primer repertorio por vez primera a la edad de 16 años no ha dejado de sorprender y de innovar con diseños que destacan por la variedad de sus líneas, no solo se ha encargado de vestir a todo el Palacio de Liria sino que entre sus últimos trabajos cuenta con un vestido que confeccionó para la Infanta Leonor con motivo de la visita que realizaron los Príncipes de Asturias a Doñana. Un encargo del que se siente especialmente orgulloso según explicó.

Posteriormente fue la diseñadora sevillana Mariví Salmerón la que hizo acariciar el suelo de la pasarela con los volantes de los vestidos de su colección 'Sueña Alhambra', evocando la magia de los monumentos granadinos, con esos rojos mágicos, esos sugerentes azules y con estampados floreados y de lunares en diseños con grandes escotes que desprendían una gran sensualidad.

Natural de Tomares y con raíces familiares paternas de Granada, bajo la firma comercial Mariví Salmerón se esconden sus tres pilares; los de las diseñadoras que dan vida a sus originales diseños: su hermana Inmaculada, su madre Concha y Mariví que es de quien hereda el nombre la marca. Se trata de las tres expertas en moda flamenca que con sus característicos volantes lisos, rematados por debajo con telas de lunares ribeteados en raso, lograron conseguir en el año 2006 el primer premio en el certamen de diseñadores noveles SIMOF. Aunque este año su gran apuesta fueron las mangas, que tanto largas como al codo, consiguieron formar con el cuerpo de los vestidos un expresivo binomio con el que sellaron los inconfundibles vestidos de la casa.

A continuación, la malagueña Melisa Lozano fue la encargada de pasear sus conjuntos ante un público deseoso de ver las nuevas propuestas de esta diseñadora a la que si de algo se le puede tildar es de 'atrevida' y que desde luego no dejaron impasibles a nadie. Sólo ella podía haber traído a la pasarela vestidos confeccionados con bases de papel y adornarlos con materiales tan inconcebibles como las palomitas de maíz y las bolas de algodón en una colección donde predominaron los blancos, los rosas, los amarillos y los naranjas. Aunque tampoco faltaron los negros para unos vestidos experimentales y abullonados inspirados en la Biznaga, flor típica malagueña que da nombre a una colección que, con aires muy modernos y renovadores, supo aunar con complementos como los paraguas de lunares y los chubasqueros transparentes de plástico para los días de mal tiempo. Asimismo apostó por materiales y remates hechos de lentejuelas, picolinas, tiras bordadas, plumetis y encajes de bolillos. No obstante si destacó por algo fue por desafiar a la concurrencia con shorts acabados en colas traseras independientes y avolantadas como alternativa a las faldas, volviendo a demostrar que en cuestiones de creatividad la modista la despilfarra.

El broche final de la muestra lo puso la reconocida diseñadora Juana Martín, quien recién aterrizada de la pasarela Cibeles, deleitó con vestidos en los que parecía haberse inspirado en flores para su confección y más concretamente en el clavel, por lo rizados y redondos que se tornaron los volantes de los cuerpos que caían desde las caderas de las modelos. Muestra que tituló 'Mil y una gitanas', con la que evidenció que la moda flamenca puede traspasar los vestidos y las faldas para llevar por bandera unos pantalones de altísimos talles en combinación con camisas de mangas avolantadas si bien algunas con cuello y otras con hombros descubiertos que marcaban la figura muchísimo.

Apostó por los colores pastel y causaron una gran admiración sus composiciones en naranja, verde y celeste aunque no dejó de lado los negros rotundos, a los que adornó con grandes volantes y jaretillas.

Algunas de sus piezas aparecieron con estampaciones idénticas en el cuerpo de los vestidos y en mangas largas, e incluso muchos de ellos aparecieron con grandes bolsillos y ribetes de piconera; mientras que para las faldas jugó a acompañarlas de camisas de idéntico color que aportaron una gran continuidad al conjunto al hacerlos parecer una sola pieza.

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