Jerez

La Policía garantiza el servicio

  • Tiene que escoltar la salida de los autobuses de Cojetusa, que comienzan a trabajar cuatro horas y media más tarde de lo previsto · Palés en llamas y 'extrañas' averías retrasan los servicios mínimos

Ayer dio comienzo la enésima huelga de los autobuses urbanos en Jerez, y lo hizo de una forma que deja bien a las claras que las anteriores movilizaciones del siempre polémico colectivo de conductores no tendrán nada que ver con la actual. Para empezar, los servicios mínimos, que deberían haber estado en la calle prestando servicio a las seis y media de la mañana, salieron a las once, una hora más cercana al mediodía que a la mañana. Media hora después ya se podían coger autobuses en Jerez.

Cuando los autobuses se plantaron en ese tramo de la avenida Alcalde Cantos Ropero que conecta el polígono industrial El Portal con Federico Mayo y el Mopu lo hicieron porque un amplio dispositivo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía -provisto de material antidisturbios- así lo permitió.

La intrahistoria del primer día de huelga comenzó mucho antes, en torno a las seis de la madrugada, cuando una considerable cantidad de restos de palés de madera fueron quemados en la puerta que da acceso a las instalaciones de Cojetusa. Las llamas alcanzaron considerable altura si bien, en ningún momento, llegaron a suponer riesgo alguno para instalaciones, que en ese lugar son de cemento y metal.

Los bomberos llegaron cuanto antes, como es lógico, para sofocar las llamas, si bien no retiraron los restos que las llamas habían consumido. Esa labor fue acometida por personal de la concesionaria municipal de limpieza pública, Urbaser, cuando las nueve de la mañana hacía buen rato que se habían posado en los relojes.

El primer autobús que tuvo que haber salido de las instalaciones de Cojetusa -el número 3 que debía recoger pasajeros en las populosas barriadas de Las Torres y San Juan de Dios- se 'quedó' parado en la misma puerta de acceso a las instalaciones de la concesionaria. El motivo no fue otro que sendos fallos, uno de carácter eléctrico (la tapa de la caja de fusibles del vehículo había saltado) y otro mecánico (la rueda delantera izquierda, la que se ubica bajo el asiento del conductor, había sido vaciada). Este hecho provocó que el mecánico de guardia debiera reparar ambas 'averías'.

En todo momento, una docena de agentes vigiló de cerca las tareas de reparación y controló la concentración de trabajadores que se mantuvo en la puerta durante buena parte de la mañana. Fue a las 10,58 horas exactamente cuando el primer autobús se dirigió a realizar su trabajo diario, es decir, cuatro horas y media después de que éste debiera haberse iniciado. En total, salieron 19 autobuses (con 19 conductores) uno por cada línea. En la base quedaron un inspector, un mecánico y el director gerente.

Mientras tanto, los trabajadores esperaron la comparecencia de los representantes del comité de empresa, que ayer por la mañana mantuvieron un encuentro con el gerente de la compañía y sus asistentes jurídicos en el servicio de conciliación de la Junta de Andalucía, el Sercla. Cuando éstos llegaron no aportaron al colectivo de empleados de Cojetusa novedad alguna. "No cobramos, seguimos peleando... y no nos van a cansar", destacaban ayer miembros del comité a las puertas de las instalaciones de la concesionaria.

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