Jerez

Proponen incorporar Asta Regia en las rutas turísticas de la ciudad

  • Estudiosos del yacimiento de Mesas de Asta apuestan por recuperar la zona y revitalizarla con propuestas como la creación de una Escuela de Arqueología

Si en junio de 2009 el yacimiento de Asta Regia, en Mesas de Asta, estuvo a punto de ver la luz y tocar con los dedos su recuperación, a día de hoy todo sigue sumido en la oscuridad, bajo tierra. Un proyecto del Ayuntamiento de campo de trabajo que pretendía rescatar el concepto de patrimonio arqueológico como recurso cultural y turístico. Todo quedó en un espejismo.

Ahora, un nuevo intento por hacerle justicia a la historia, que abarca desde el Neolítico hasta la época Islámica del siglo X, ha llevado a los miembros de la Sección de Patrimonio del Ateneo de Jerez Juan Francisco Sánchez Bonilla y Antonio Santiago Pérez, a hacer una serie de propuestas a las administraciones para la puesta en valor de este espacio. Una de las más destacadas es la creación de una Escuela de Arqueología para formación de equipos multidisciplinares que aporten, "de una vez por todas, conocimiento científico que revierta a la sociedad y, sobre todo, a la sociedad inmediata, a la más cercana, es decir, a los habitantes actuales del núcleo urbano que constituye hoy la barriada rural de Mesas de Asta", apunta Santiago, que subraya que esta iniciativa "debería partir de la UCA, como universidad cercana al yacimiento, llevando a cabo un proyecto de investigación a corto, medio y largo plazo, donde puedan integrarse los alumnos de Historia y Humanidades". De hecho, estas iniciativas han salido publicadas además en un artículo escrito por ambos autores en el número 12 de la Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social de la UCA, "lo que significa dar un gran paso y que sean reconocidas de alguna forma nuestras inquietudes", subrayan.

Los dos investigadores se quejan de la "degradación y pérdida irremediable de uno de los yacimientos más importantes del suroeste andaluz. Por ello proponemos estas salidas". "Tanto el vallado -añaden- de la finca como el que protege a la necrópolis, están deteriorados, al igual que los carteles informativos de la Junta que instaló el Museo Arqueológico de Jerez a mediados de los 80, que están caídos o desvencijados".

Otra de las propuestas es incorporar una "zona deprimida" dentro de las rutas turísticas consolidadas de la ciudad como complemento de las mismas, "con la elaboración de un proyecto atractivo que sirva para integrar a la población rural en la dinámica social y mercado de trabajo del cercano ámbito urbano, revalorizando los recursos ambientales y culturales de la zona y la mejora de la competitividad del territorio, ampliando y diversificando su economía", añade Sánchez Bonilla. Con esta idea, los autores apuestan por concebir un producto para mantener al turista más tiempo en la ciudad, así como darles a conocer las posibilidades que le ofrece la zona rural jerezana, una combinación de cultura y actividades relacionadas con el entorno (hospedaje rural, riqueza paisajística, rutas a pie o a caballo, etc.). También se pretende incorporar, a través de rutas arqueológicas, otros yacimientos de la zona directa o indirectamente relacionados con Mesas.

Según los investigadores, el objetivo final de las propuestas es "conseguir un producto de calidad bajo el nombre de Asta Regia que garantice la rentabilidad y autofinanciación del yacimiento". Hay que recordar que este trozo de historia se encuentra en una finca privada, y que para llevar a cabo dichas intervenciones, los autores destacan que sería "imprescindible que el Ayuntamiento o la Junta de Andalucía se responsabilizaran del yacimiento, ya sea a través de la expropiación de los terrenos o con la fórmula más conveniente. Hasta el momento, que sepamos, no ha habido conversaciones en serio entre los propietarios y las administraciones". Ambos autores recuerdan que el tiempo juega en contra de la conservación de las piezas, "y es necesario buscar medidas de protección, cómo podría ser el cese de las labores agrícolas que año tras año se siguen llevando a cabo; el arado está provocando estragos sobre los estratos más superficiales correspondientes a la etapa de ocupación califal, o una mejor vigilancia para evitar el expolio".

Más de medio siglo después de las excavaciones de Manuel Esteve, la historia ha permanecido dormida durante todo este tiempo. Quizás demasiado para el que podría ser un mal despertar.

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