El Retiro guarda el encanto decadente de los parques con historia. Este pulmón verde de innumerables especies arbóreas enraizado en el Paseo de las Delicias es desde hace décadas un punto de encuentro para cualquier edad. Hasta no hace mucho, había un motivo más para disfrutarlo, un quiosco-bar que era especialmente concurrido en las noches estivales que hacían más llevaderos los rigores de la canícula.

Sin embargo, desde hace unos meses, este negocio permanece cerrado para sorpresa de muchos que no entienden que no esté abierto en los meses que teóricamente tenía más negocio. El motivo oficial es simple: ya ha caducado la concesión que tenía un negocio hostelero para su explotación (el quiosco es de propiedad municipal) y el Ayuntamiento aún no lo ha sacado a licitación.

La concesión administrativa de las instalaciones llevaba caducada cinco años

Eso sí, en este caso subyace una historia de lentitud y dejadez administrativa. Fue en 2007 cuando se le concedió al ex concesionario la explotación de estas instalaciones por un periodo cinco años, sin posibilidad de prorrogar este tiempo. Por lo tanto, en el verano de 2012 el anterior gobierno del PP debería haber iniciado un nuevo procedimiento para volverlo a sacar a concurso. En cambio, nada cambió y no fue hasta dos años más tarde cuando se inició el expediente de extinción de la concesión administrativa, trámite necesario para instar al hostelero al desalojo de las instalaciones.

Pero, lejos de que esto supusiera el inicio de un nuevo proceso de licitación, todo siguió al ralentí. El Ayuntamiento demandó la devolución de todas las instalaciones del parque pero el responsable del bar alegó que parte de ellas, concretamente un módulo prefabricado de madera que se utilizaba como quiosco, era de su propiedad ya que lo se lo había cedido una firma heladera por lo que entendía que este no debía revertir al Consistorio. El Ayuntamiento acabó rechazando esta alegación al sostener que el pliego de condiciones que reguló la concesión establecía que todo lo que se hiciera en estas instalaciones pasarían a ser municipales en el momento de la reversión.

Sin embargo, el expediente se paralizó pues no se retomó hasta diciembre del pasado año cuando en una junta de gobierno local se aprobó el proceso para demandar la devolución del bar, un trámite que adquirió firmeza en febrero. Un mes más tarde, el anterior responsable del establecimiento presentó un escrito solicitando que en la futura concesión se obligara a los futuros responsables del bar a subrogar la plantilla que, hasta entonces, había trabajado en el negocio, una petición que no aceptó el Ayuntamiento al considerar que en una concesión administrativa de este tipo no cabe este tipo de compromisos laborales.

Tras esto, se ha tardado cinco meses en iniciar el proceso de licitación para la nueva concesión administrativa. Fue en la junta de gobierno local del pasado 27 de julio cuando se aprobó el pliego de condiciones que regulará el proceso de adjudicación. Por lo tanto, el parque del Retiro continuará unos meses sin bar, si es que algún profesional del sector se decide a explotarlo finalmente.