La Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez es una de las más visitadas de España, pero su oferta enoturística está demasiado enfocada a las bodegas con centros de visitas enclavadas en el casco urbano. Sólo las bodegas superaron el año pasado las 400.000 visitas, pero pocos de estos turistas del vino tienen la oportunidad de vivir una experiencia enoturística rural, pegada a la viña, a la que se asocia el gran proyecto enoturístico de la campiña jerezana para los próximos años.

El proyecto en cuestión es la ruta del viñedo que se beneficiará de 4,2 millones de euros de los fondos ITI y que la Asociación de la Ruta del Vino y el Brandy quiere liderar para, según su presidente, César Saldaña, "dar un salto adelante con la incorporación de la viña a una ruta que, por razones históricas, tiene un excesivo componente urbano al estar tanto las bodegas como casi todos nuestros asociados en la ciudad".

El principal escollo del proyecto es la necesidad de anticipar el 100% de la subvención de la ITI

Saldaña, reelegido ayer presidente de la asociación -ver información anexa-, afronta el nuevo mandato con el reto de incorporar a la oferta enoturística del territorio "la campiña y el viñedo espectaculares que tenemos a tiro de piedra", pues "el impulso que pueden dar los fondos de la ITI al ámbito rural es fundamental, pero hay que hacer las cosas bien, paso a paso".

La junta directiva de la Asociación de la Ruta del Vino y el Brandy promete trabajo e implicación para el desarrollo del gran proyecto enoturístico rural de la campiña, pero antes hay que solventar una serie de dificultades que ya tiene identificadas. Y la principal es que para cobrar la subvención hay que justificarlo, por lo que hay que anticipar la totalidad del importe, lo que no deja de ser un obstáculo tanto para la asociación como para cualquier operador del sector que quiera acogerse a la ITI.

Dentro de los 4,2 millones de euros para el desarrollo del enoturismo hay una partida de medio millón para el diseño de la ruta, su definición, que correrá a cargo de la Asociación. Luego están los dos millones, aproximadamente, que se destinan a infraestructuras y, fundamentalmente, al arreglo de caminos, reservándose el resto para los proyectos concretos de particulares.

Pero hay un problema añadido, y es que mientras la financiación para las administraciones públicas es del 100%, si el destinatario es privado se reduce al 90%, por lo que en el caso de la Ruta del Vino y el Brandy, además de anticipar los 500.000 euros del importe total, la Asociación tiene que aportar de su bolsillo el 10% del total, que en este caso serían 50.000 euros. "Y esto en una entidad que tiene una cuota para los asociados de 200 euros al año y un presupuesto de veintitantos mil euros anuales es una dificultad seria", explica Saldaña.

Precisamente, los pormenores del proyecto enoturístico rural con cargo a la ITI ocuparon ayer gran parte de la asamblea general de la asociación, cuya junta directiva abordará en una próxima reunión las posibilidades que hay para afrontar un reto en el que "tenemos asumido que el diseño es algo que tiene que partir de la Ruta del Vino y del Brandy, que de alguna forma aglutina todo el conocimiento y la experiencia desde el punto de vista enoturístico, por lo que seremos creativos para ver la forma en la que podemos beneficiarnos del máximo de la subvención", para lo que no descartan firmar algún tipo de convenio con la Administraciones públicas que les permita alcanzar el 100% de financiación.

"Tenemos toda la voluntad de trabajar y dedicarle todo el tiempo que haga falta", asegura el presidente, quien ayer también dio cuenta en la asamblea del plan de actuación para el presente ejercicio, en el que está prevista una nueva auditoría externa como paso previo a la renovación de la certificación como Ruta del Vino de España.