Jerez

S&S Restauraciones, cuidando de nuestra Semana Santa

  • Los dos grandes proyectos que tienen actualmente son las vírgenes de la Candelaria y Paz y Aflicción

El mundo de las hermandades y cofradías puede ser, quizás, uno de los más ricos en cuanto a elementos que forman ese 'todo' que es la Semana Santa. La música, el olor del incienso, el colorido de unas jarras de flores, la luz de la cera, el brillo de la plata y el dorado de los pasos con los rayos del sol, el andar costalero y, por supuesto, las imágenes tienen como nexo de unión esa carga devocional que es la que une y da sentido a todo.

Hoy por hoy en la Semana Santa podemos disfrutar de un patrimonio artístico que no existiría si no fuera por las propias hermandades y cofradías de la ciudad. Asimismo, muchos oficios como los tallistas, los bordadores o los orfebres tenderían a desvanecerse. Este patrimonio perdura a lo largo de los años y, como todo en la vida, se intenta mantener de la mejor manera posible.

Hoy en día disfrutamos de un gran patrimonio gracias al cuidado de las hermandadesLas imágenes que llegan para restaurarse tienen tras de sí el peso de la devoción"Te da pena cuando salen del taller y te llena de orgullo cuando las ves en la calle"

En Jerez encontramos un taller de restauración que abría sus puertas en el año 2012 y, desde entonces, lleva prestando sus servicios a las diferentes corporaciones de nuestra ciudad y los alrededores. Nos acercamos al taller de 'S&S Restauraciones', en la esquina de la calle Clavel con la calle Pajarete. Allí nos reciben Cristina Espejo y Pepa Segura, una jerezana y una madrileña que comenzaron juntas a trabajar en Resur y posteriormente se embarcaron en este proyecto que tiene cinco años y que ha realizado ya trabajos de gran importancia para nuestra Semana Santa, el primero de ellos, el Cristo de las Misericordias de San Pedro.

Actualmente se encuentran con dos importantes proyectos como son la restauración de las vírgenes de la Candelaria y de la Paz. Para explicar cómo se realiza un trabajo de estas características Cristina comenta que "en general la preocupación de las hermandades por su patrimonio y, en este caso por sus titulares, es muy normal y lógica. Lo primero que nos solicitan siempre es un estudio para ver el estado. Hacemos un examen visual, una prueba técnica y luego un informe con el estado de conservación. Proponemos una intervención según el grado de deterioro que tengan. En este caso ha dado la casualidad de que las dos hermandades con las que estamos trabajando actualmente si tenían bastantes daños y no eran de urgencias como para intervenirlas de momento pero sí para pensar en una restauración de cara al futuro".

Las casualidades hacen que una vez que salgan del taller ambas dolorosas, lleguen a él sendas imágenes cristíferas: el Cristo de las Misericordias y el de la Coronación de Espinas. "Es diferente el trabajo -explica Pepa- las vírgenes son de candelero y la policromía solo la llevan en el busto y las manos. Luego el trabajo a nivel de soporte y de consolidar los ensambles y demás es el mismo".

No en balde, las imágenes que llegan para ser restauradas tienen tras de sí unos sentimientos por parte de hermanos y devotos que hacen que el trabajo sea muy cuidadoso. "Siempre es normal que haya una serie de condiciones porque los hermanos se preocupan de sus titulares, los tratan como algo propio e incluso familiar y entiendo esa preocupación que tienen. Suelen tener dudas e incluso llegan a condicionar en ese aspecto. Nosotras tenemos muy clara nuestra actuación cuando normalmente explicamos los procesos que se van a realizar los entienden perfectamente. Siempre hay un criterio y en el caso devocional hay una especie de pauta que sí hace que se tenga ese cuidado especial. La limpieza es muy importante porque tiene una historia material y no se tiene por qué llegar a la limpieza. Nosotras hablamos de media limpieza en estos casos y en la imaginería devocional sí se tiene en cuenta ese paso de los años y esa evolución", destaca Cristina. Pepa, al respecto añade que "no es el mismo criterio el que se establece con una imagen de un retablo que se puede limpiar al completo y con una que sale a la calle, a la que no la puedes dejar como si hubiera salido del taller del autor. Hay que dejarle esa media limpieza que nosotras buscamos. Retiramos el barniz oxidado que ha oscurecido con el tiempo, pero no le quitamos esa historia material que tiene".

Y nosotros nos preguntamos, ¿influye el hecho de que un restaurador sea creyente? Cristina responde que entiende "que como profesionales se debe quedar a un lado y actuar con el mismo criterio para todo. Pero bueno, no puedo decir que se queda a un lado del todo. Yo tengo creencia y soy cofrade y a mí también me influye y me gusta tratarlas como devoción mía".

Además de las dos dolorosas mencionadas con anterioridad, S&S Restauraciones trabaja actualmente con la Piedad de la Catedral, el púlpito de la Ermita de San Telmo así como con la propia imagen de San Telmo. Asimismo tienen un proyecto "muy bonito con el retablo de San Lucas que estamos a la espera de tener financiación para poder realizarlo porque es uno de los grandes proyectos que tenemos entre manos y que nos gustaría comenzar lo antes posible", cuentan las restauradoras".

Cuando se les pregunta sobre con qué trabajo han quedado más satisfechas, Pepa dice que "eso es como decir a qué hijo quieres más. A todas las imágenes se les coge un cariño especial. Te da pena cuando salen del taller y te llena de orgullo cuando ves a la imagen de la calle y ves la reacción de los hermanos. Ponemos tanto mimo, cuidado, empeño en la intervención de cada una que al final tenemos esa satisfacción. Y luego es la relación con los hermanos de las cofradías, cuando se muestra y ves la alegría que tienen al recibir de nuevo a sus titulares. Es una cosa que no se puede ni explicar", apunta también Cristina.

En el arte de la restauración de patrimonio se crean nuevas técnicas que van mejorando los métodos de trabajo. "Yo creo que cada vez hay más concienciación. No podemos hablar de que anteriormente se hacían las cosas con mal criterio, pero era siempre que faltaba ese conocimiento. Estaba hecho con la mejor intención aunque no imaginaban que en un futuro que esa intervención iba a afectar a las imágenes. Hoy en día se pone mucho cuidado a la hora de mantenerlas y de tratarlas", destaca Cristina. Pepa añade que "además, las mejoras científicas ayudan al restaurador. Ahora se apoyan en análisis científicos, análisis técnicos, cosa que antes no se hacía y eso ayuda a que exista una mejor intervención".

"Si por mí fuese, sería hermana de cada una de las hermandades con las que hemos tratado. Es un período de tiempo bastante largo en el que tenemos la imagen día a día aquí trabajando con ella y al final se le coge ese cariño. Cuando la ves procesionar la sientes como si fuese parte tuya", finaliza Cristina.

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