Jerez

Surtidor de historia

  • El investigador Jesús Caballero Ragel cree que la fuente de la plaza del Mercado proviene del Claustro Chico de la Cartuja Denuncia además el estado de abandono del monumento

Los ojos de la fuente de la plaza del Mercado se han secado de tanto llorar. "¡Qué triste verme así, con lo que yo era!", deben maldecir por sus bocas las máscaras que la adornan. Este precioso monumento de mármol blanco es patrimonio de la barrio de San Mateo, y de la ciudad, aunque, para variar, eso aquí importe un bledo. Su abandono ha levantado ampollas en algunos historiadores del arte, como el jerezano Jesús Caballero Ragel, quien denuncia el mal estado de este tesoro, del que arroja además una interesante hipótesis que le añade más valor si cabe a la obra. Y es que Ragel cree, a raíz de una serie de fuentes consultadas, que es probable que el monumento "viniese del Claustro Chico de la Cartuja".

Cuenta el autor que la fuente fue instalada en este lugar tras la reforma que sufrió la plaza en los años 80 del siglo XX. Procedía del recreo de El Retiro, donado por Luis de Ysasi Lacoste al Ayuntamiento de Jerez el 23 de diciembre de 1902. "No sabemos bien cómo esta fuente llegó a dicha finca, donde estuvo hasta que el Ayuntamiento jerezano consideró que era mejor su ubicación en la plaza del Mercado", dice. "La fuente -añade- posee una innegable calidad artística. Es de jaspón blanco, un tipo de mármol de grano grueso muy apreciado y muy caro. Su pulimentado otorga una gran brillantez que resalta la calidad del mármol. También muy interesante es su talla de ovas y palmetas y hermosas caretas. Este tipo de talla clásica fue común durante el Renacimiento, aunque también se empleó asiduamente durante el Barroco, por lo que nos resulta complicado la fecha de su realización".

Piensa Ragel que esta fuente "estuvo primitivamente en uno de los patios de La Cartuja de Jerez". Se apoya en un documento de desamortización existente en el Archivo Municipal de Jerez (Legajo 243, expediente 7359) que apunta que la fuente principal de La Cartuja fue comprada por el Ayuntamiento jerezano en 1822 tras la desamortización de bienes eclesiásticos realizada durante el Trienio Liberal. La intención del Ayuntamiento era colocarla en la alameda del Alcázar con el objetivo de embellecerla. Tras la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1823 y la paralización de los procesos desamortizadores, la fuente se quedó en La Cartuja. Sin embargo, en 1841, abandonado ya el convento cartujo tras la desamortización de Mendizábal, el ayuntamiento jerezano exigió la fuente, que estaba inutilizada y cuya compra había abonado en 1822. Su intención era ahora colocarla en el Arenal, por entonces plaza de la Constitución, que estaba siendo remodelada por el arquitecto Balbino Marrón. "En el mencionado documento se hace una descripción de la fuente, que posee un gran parecido a la fuente de San Mateo. La tasa elevada (hoy desaparecida) por donde emanaba el agua estaba partida y no poseía ya el caño de bronce ni el remate para saltadero. En lugar de la taza, probablemente redonda, se colocó una escultura con peces, que creemos de época más moderna. En el documento también se hacía constar que el solado de la fuente estaba inservible y el pedestal que soportaba la taza no poseía su final".

Finalmente, la reforma de la plaza del Arenal por Balbino Marrón quedó inconclusa por falta de fondos. Aún así, en 1851 la plaza volvió a ser remodelada por el arquitecto Valentín Domínguez. "Sabemos que en su centro se colocó una pequeña fuente que creemos que fue la procedente de La Cartuja, como ya había contemplado Balbino Marrón en el proyecto anterior. El dibujo que hace Valentín Domínguez de la fuente que se colocó en el centro de la plaza recuerda a la actual fuente existente en San Mateo. Ya en 1853, en el plano que realiza el arquitecto José San Martín sobre las fuentes y pozos existentes en la ciudad, sitúa una fuente en la plaza del Arenal, por lo que ya debió estar instalada". Ragel opina que en 1869 "la fuente se debió retirar de la del Arenal para colocar en su lugar un gran estanque que sirvió para recoger las abundantes aguas del gran surtidor que se construyó para conmemorar la llegada de las aguas de Tempul. Desconocemos dónde fue a parar la anterior fuente, que creemos que es la misma que ya en el siglo XX aparece en la finca El Retiro, actual parque público del mismo nombre". Una vez realizada la donación de Luis Ysasi y Lacoste al Ayuntamiento jerezano, "creemos que se colocó la primitiva fuente de La Cartuja en este espacio, ya público". Al respecto, Ragel ha consultado el protocolo de donación de esta finca y todos sus bienes por Luis Ysasi al Ayuntamiento jerezano en el que se describen las partes y bienes de la finca, no se hace alusión a la mencionada fuente. "Por ello, creemos que fue colocada en El Retiro por el Ayuntamiento jerezano en fecha posterior a 1902. Desde allí pasó en época reciente de nuestra democracia a la plaza del Mercado".

Tras consultar en la Biblioteca Municipal el 'Protocolo Primitivo y de la Fundación de La Cartuja de Santa María de la Defensión', en la versión transcrita posteriormente a máquina por Manuel Esteve Guerrero, se encuentra una cita que puede llevar a su identificación. En dicho documento, en su página 116, se hace alusión a las obras llevadas a cabo en el monasterio cartujo por el prior Bruno de Hariza, quien dirigió el monasterio entre 1534 y 1537. Este prior concluyó durante su mandato la cubierta de la nave mayor, el claustro chico y el refectorio. En referencia al claustro chico menciona que "… mandó traer la pila y fuente y los quatro mármoles que en el claustro chico están de Génova que costaron 80 ducados". "Creemos -desgrana el investigador- que esta cita hace alusión a la fuente motivo de este estudio, que pudo hacerse en Génova entre los años 1534-1537. Una fuente de este porte no pasó desapercibida para el ayuntamiento jerezano".

Actualmente, la hermosa fuente de la plaza del Mercado se halla "en una situación deplorable. Sólo sirve para que los niños del barrio salten sobre ella y jueguen a esconderse dentro. Quizá, la fuente más hermosa, sin duda, la más artística y más antigua que existe en un espacio público de Jerez y, probablemente, la fuente que estuvo originariamente en el Claustro Chico de La Cartuja, no merece este destino". Ragel exige una solución para este monumento, "que se debería de arreglar, poner en funcionamiento y cuidar con el mimo que se merece. Incluso quizá, se podría colocar en el interior del Museo Arqueológico, donde seguro que estaría mejor conservada que en su ubicación actual".

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