Restricciones en el litoral de Conil

Tijeretazo a la Fuente del Gallo

  • El Ayuntamiento de Conil y la Demarcación de Costas consensúan el cierre de unos 600 metros de la playa por el riesgo de derrumbes.

Más vale prevenir que curar. Los derrumbes habidos en los últimos meses en los acantilados de la playa de la Fuente del Gallo, en Conil, y que incluso se cobraron la vida de una mujer el pasado septiembre, han obligado al Ayuntamiento de esta localidad gaditana y a la Demarcación de Costas a consensuar la prohibición de paso en dos tramos de esta zona del litoral que suman unos 600 metros, es decir, casi la mitad de la extensión total de la Fuente del Gallo. Estas restricciones se mantendrán durante todo el verano.

Prohibido el paso. Playa cerrada al uso público. Peligro por derrumbes. Disculpen las molestias.El cartel, grande y visible, no dejar lugar a la duda. Y unas estacas colocadas en perpendicular a la orilla del mar, y unidas entre sí por unas cadenas, alertan al usuario de la playa. O eso es al menos para lo que sería concebido este cartel, porque sus efectos disuasorios, visto lo visto, son cuanto menos discutibles.

Los trabajos de Costas han conseguido afianzar los terraplenes en la bajada principal

Hay varios carteles idénticos. Uno está situado en la parte derecha, mirando al mar, de la bajada a la playa que hay en la punta del Roqueo. Hay otro cartel idéntico 400 metros más allá, ya en las cercanías de la bajada principal de la Fuente del Gallo donde un grupo de trabajadores se afanan estos días en levantar el chiringuito que reinará en este enclave durante todo el verano. Y allí al fondo, superada ya la bajada del hotel Flamenco, se vislumbra otra zona acotada.

El tijeretazo que vivirá este verano la emblemática Fuente del Gallo suma 600 metros de una longitud total de 1,300 kilómetros que tiene esta zona del litoral conileño. Es decir, casi la mitad. En concreto se prohíbe el paso a los usuarios en los 400 metros que separan El Roqueo de la Fuente del Gallo y en otra extensión de unos 200 metros ubicada en el extremo norte de la playa, el que linda con las calas de Quinto y de Camacho, y a las que sólo se puede acceder cuando baja la marea. En ambas zonas, la del Roqueo y la de las calas, existe un "muy alto riesgo de desprendimientos", según la información facilitada a este medio desde la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.

Costas lleva varios meses trabajando a fondo en este litoral conileño y sus efectos son visibles en el tramo principal de la playa, de unos 700 metros de longitud, en los que sí se permite la bajada a los bañistas. El medio millón de euros invertido por el Gobierno se ha destinado a sanear el acantilado, desprender los bloques que estaban sueltos o no muy estables y habilitar varias barreras con rocas que permiten afianzar los terraplenes. Una de esas barreras protectoras es visible en la zona trasera del futuro chiringuito y hay otra un poco más al norte, precisamente en el lugar donde se produjo el trágico suceso del pasado 2 de septiembre, cuando una piedra de considerables dimensiones se desprendió del acantilado impactando sobre una mujer de 47 años y vecina de La Línea que hablaba en ese momento por su teléfono móvil y que perdió la vida como consecuencia del golpe.

Pero no fue ese el único desprendimiento registrado en los últimos meses en este enclave. Los fuertes temporales de este invierno provocaron más escorrentías y más caídas de rocas, y todo ello lo que hizo fue precipitar la actuación de la Demarcación de Costas en este punto del litoral conileño, con una inversión de medio millón de euros.

En las dos zonas que este verano han quedado ya acotadas a los bañistas ha sido imposible actuar debido a la complejidad de los trabajos planteados y que buscaban lograr una inclinación en los acantilados para dificultar así los desprendimientos. El alcalde de Conil, Juan Manuel Bermúdez (IU), elogia los trabajos realizados por Costas "porque ha actuado rápido y bien", asegura. Y explica que este departamento ministerial ha buscado la fórmula mágica para asegurar el acantilado existente entre la Fuente del Gallo y El Roqueo "pero ha sido imposible por su altura". "Se ha usado hasta explosivo de aire comprimido pero no funcionó, y se sopesó incluso la posibilidad de usar dinamita, pero se terminó desechando la idea porque allí no hay piedras sino mucha arena compactada", aclara el regidor conileño, quien explica que estos trabajos han quedado suspendidos para no afectar a la temporada de playa, estando previsto que se retoman en octubre.

De momento entre la Demarcación de Costas y el Ayuntamiento parece haber buena sintonía en esta actuación. Así, Costas aclara que todas as medidas realizadas hasta la fecha han sido consensuadas entre ambas partes y el gobierno local elogia los trabajos desarrollados en el litoral. Sin embargo, donde sí hay diferencias es a la hora de calibrar los riesgos a los que se puede enfrentar el bañista que acuda este verano a la Fuente del Gallo.

Así, desde Costas se afirma que en las zonas cerradas al uso público existe un "muy alto riesgo de desprendimientos", mientras que donde sí se han acometido ya los trabajos de reforma "se ha reducido el riesgo de desprendimiento, aunque no se ha eliminado absolutamente dadas las propias características de los acantilados, y por ello todos los tramos están señalizados con avisos de riesgo de desprendimientos".

En el Ayuntamiento, por su parte, ven menos motivos de alarma. El alcalde, por ejemplo, dice que las zonas que están abiertas "son totalmente seguras" y que donde se prohíbe el paso de personas "el peligro está en ponerse debajo de las rocas". "Pasear por esa zona lejos de las rocas cuando hay bajamar no debe ser peligroso", apostilla.

De momento las señales de peligro no parecen amedrentar mucho a los usuarios de este playa, que incluso han arrancado ya parte de las cadenas para poder transitar libremente por la zona supuestamente cerrada al paso. Este hecho era visible ayer mismo cuando, incluso, podía verse a personas caminando o hasta sentadas debajo del acantilado cercano a la punta del Roqueo.

La Demarcación de Costas aclara que "es responsabilidad del usuario acceder o no a la zona acotada, ya que es físicamente imposible impedir el acceso". Y el Ayuntamiento, por su parte, avisa que la presencia de miembros de Protección Civil en esta playa de la Fuente del Gallo será constante este verano para advertir a los bañistas de los riesgos existentes.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios