Jerez

Tranvías

En los años sesenta, en muchas ciudades españolas se suprimió el tranvía en favor de los autobuses, éstos tenían mejor movilidad, y necesitaban de menos inversiones en infraestructuras. En algunas ciudades lo metieron debajo de tierra, creando el metro. Las únicas vías que existían en Jerez, eran las de la maquinilla de ferrocarril que llevaba productos de las bodegas, por ser un sistema con más capacidad que los enormes camiones de "el Tela". Esas vías se enterraron porque molestaban a la circulación de los coches. Pero en Jerez ya no caben tantos coches. En el estudio realizado por la empresa Contorno para el nuevo PGOU, el transporte en vehículo a motor se realiza en torno al sesenta por ciento. Según datos de Cojetusa, la población ha crecido en unos años más del dos y medio por ciento y los turismos lo han hecho en casi un 20%. Gracias al trabajo de varias organizaciones ecologistas, la población y los poderes públicos han tomado conciencia de que no se puede seguir así y se ha puesto de moda la sostenibilidad. Así que en todos sitios se mira a los tranvías como recurso contra la polución del CO2, a la cogestión del tráfico, que en Jerez empieza a ser preocupante. La movilidad rápida trae consigo las prisas y el estrés, pero la modernidad es así, porque ya nos parece lento hasta el correo electrónico. Un tranvía equivale a dos o tres autobuses de capacidad. Aducen los partidarios de este medio de transporte que el tranvía reutiliza el sistema de frenado como alimentación eléctrica que vuelve a la catenaria y por lo tanto consume aún menos. Hay ya automóviles con este sistema.

En el PGOU se diseñan tres alternativas para la instalación del tranvía, y en cada una de ellas tres líneas que cruzarían Jerez y las enlazarían con otros medios de transporte. Es la intermodalidad. Aparece en la página 75 del estudio de Contorno. También dice el PGOU que se abrirá una consulta ciudadana y por lo tanto un debate, porque llevaría la supresión de espacio a los vehículos a motor de combustión. Ya veremos.

Algunos urbanistas dicen que es mejor invertir en el sistema suburbano que volver a los tranvías, pues éstos tienen que respetar semáforos, ocupan zonas peatonales, tienen exclusividad en determinadas vías de comunicación y obstaculizan las glorietas y los cruces con otros medios de transportes públicos y privados. De esta opinión es el arquitecto Oriol-Bohigas, que estuvo al frente de la concejalía de urbanismo con los alcaldes de Barcelona, Serra y Maragall. Dice Oriol-Bohigas, premio nacional de arquitectura, que las empresas fabricantes del sistema tranviario desarrollan una sofisticada línea de marketing para convencer a los municipios con problemas de tráfico. Y que las ciudades no se pueden asentar en el "síndrome del NO", como ocurre en Barcelona hoy y como ocurrió en Jerez en la última legislatura. Lo bueno del PGOU, y su obligatoriedad de exposición pública, es que puede propiciar el debate sobre estos temas que forman parte del derecho a la ciudad que tenemos. Esquirlas: Es práctica sana, que en caso de despido improcedente lo que procede es la readmisión. Más cuando se trata de la Administración Pública.

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