Jerez

20.000 'almas trompeteras' al compás de 32 conciertos

  • Los asistentes al 'Primavera Trompetera Festival', que vienen hasta de Centroeuropa, tienen cuatro ideas: música, sol, convivencia y 'buen rollo'

Unas 20.000 personas se dan cita a diario en el circuito de Jerez para celebrar esta tardía 'Primavera Trompetera'. El ambiente es espectacular. Jóvenes en su mayoría procedentes de todo el país -e incluso de Centroeuropa- se dan cita en un lugar donde las curvas del trazado de velocidad se cambian por las curvas que el sonido registra en los ecualizadores.

Afuera, en la zona de acampada, el ambiente es cuando menos variopinto. Allí, hasta la organización lo reconoce, los que acuden van con todo dispuesto para la fiesta: comida, bebida y los pertrechos necesarios para disfrutar de un fin de semana 'garrapatero'. En el interior hay una amplia oferta de comidas y bebidas si bien los asistentes suelen aprovechar los parones entre conciertos -o el hecho de que cual o tal artista no entra en sus gustos- para hacer una escapadita al camping y tomar algo. La economía básica de la juventud que intenta abrirse camino.

Un festival no es un concierto al uso: si lo que suena no te gusta te vas... y luego vuelvesLas barbacoas triunfan en la zona de acampada. Los filetes y pinchitos son los reyesEn el 'Dub Corner' suenan ritmos jamaicanos. Y en el centro se baila...

Si algo llama la atención es que hay familias que acuden a los primeros conciertos con sus niños pequeños, como si quisiera inocularles el virus de la buena música. Es el caso de Ruth y José, madrileños, de 32 y 30 años respectivamente. Llevan consigo a sus críos, uno en carrito, el otro de la mano. Junto a sus mochilas portan un amplio neceser con agua fresca, chupetes y hasta baberos. Los enanos miran con ojos abiertos de par en par el estruendo que empieza a sonar a su alrededor a eso de las doce y media del mediodía. Momentos antes una ligera lluvia se deja caer por el circuito. Los campistas lo agradecen. A nadie le importa ese agua caída de cielo que, en su momento, provocó la suspensión del festival allá por el mes de marzo.

Entre los campistas hay de todo. Desde ingenieros a fontaneros. Allí, ante sus tiendas, se montan las barbacoas. El olor del carbón ya ejerce un efecto que abre las ganas de comer. Los filetitos y los pinchitos es lo que más se impone en la oferta gastronómica de estos locos de la música. Nada de carnes rojas para economías discretas pero desprendidas con los vecinos. Siempre hay una cerveza que compartir. Y es que esta batalla la gana la rubia con diferencia respecto a cualquier otra bebida. Por las noches, es fácil imaginarlo, las tornas cambian y los destilados demarran como el tal Froome en el Giro. Y no hay quien los alcance.

De un lado están los que acceden al interior a diario, a dejárselo todo. De otro lo que con sus pulseras azules han decidido entrar "por días sueltos", señala a este medio Manu, un joven estudiante de la Escuela de Arte que lamenta las dificultades que tuvo la noche del viernes para retornar a su casa. "Hasta las once de la mañana me fue imposible coger un autobús", dice. Lo cierto es que los asistentes lo viven con entusiasmo pero con una filosofía indolente que les hace adaptarse a las circunstancias.

La Guardia Civil ejerce un férreo control sobre la zona para prevenir tanto el tráfico de sustancias estupefacientes como que cualquier incidencia pueda romper la calma de una multitud que lo que quiere, ante todo, es pasárselo bien. Están los uniformados y también los que visten de paisano atentos a cualquier incidencia.

Según apunta la organización, la jornada del pasado viernes se registró la asistencia de unas 15.000 personas en el recinto y otras 6.000 en la zona de descanso. Ayer se preveía alcanzar los 18.000 y que la ocupación en la zona de descanso aumente también considerablemente, con lo que la asistencia podría alcanzar las 24.000 personas. "No sé registró ningún altercado ni incidencia, ni en el recinto ni en la zona de acampada", destacaron a este medio fuentes de la organización que se preparaban para una jornada estelar. No en vano, los platos fuertes de la jornada eran Macaco (21,20 horas), Juanito Makandé (22,30 horas), SFDK (23,40), el Canijo de Jerez (00,50 horas) y O'Funkillo (4,30 horas).

Para hacerse una idea de la repercusión de esta festival cabe apuntar que el viernes se pudo disfrutar de 31 directos y que ayer fueron 32 los shows que se dieron cita en el recinto del circuito de Jerez. Todo ello sobre tres escenarios ubicados dentro del recinto. "Son los 'Dos Gemelos', también denominados el 'Primavera' y el 'Alegría', y un tercero, llamado 'Libertad'. A todo ello hay que unir el espacio denominado 'Dub Corner', que ofrece una programación ininterrumpida de 'live sets' desde las 17,30 hasta las 5 de la mañana, es decir, casi 12 horas de ritmos caribeños en una esquina en cuyo centro se escucha y se baila con verdadera pasión.

Cabe destacarse igualmente que en la zona de restauración hay un total de ocho puestos de comida más otros dos que se ubican en la zona de descanso. Igualmente también hay una veintena de puestos de artesanía. "Esto es un palizón pero te lo pasan genial. Ya veremos cómo estamos el domingo pero mientras el cuerpo aguante estaremos aquí. Que para algo lo hemos pagado", dice Manu.

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