Jerez

Diez años sobrevolando Jerez

  • El aeroclub Guadalete es el único de estas características existente en Jerez · De él forman parte 25 socios, que disfrutan de más de 300 metros de pista, que pretenden ampliar "en cuanto tengamos oportunidad"

Rodeado de un paisaje en el que tan solo se contemplan campos de cultivo y alguna que otra pequeña casa, pasando la barriada rural de La Ina, se encuentra el aeródromo en el que los socios del aeroclub Guadalete vienen practicando su deporte favorito desde hace más de diez años.

En el hangar en el que se hayan ubicadas estas instalaciones, a tan solo 10 kilómetros de Jerez, un par de naves industriales albergan en su interior en torno a una veintena de avionetas ligeras, propiedad de los 25 socios con los que cuenta este aeroclub.

La asociación existe como tal desde el año 2000, aunque ya en 1995, los actuales miembros del club comenzaron a reunirse fruto de su pasión por los vuelos, pues como asegura uno de ellos, "somos un grupo de amigos a los que les ha unido nuestra afición por surcar los aires".

En la actualidad son el único aeroclub de ultraligeros de Jerez, "pues hay varios en la provincia, como los de Trebujena, Medina Sidonia o Villamartín, por ejemplo, pero el Guadalete es el primero que se constituyó en la ciudad, y a día de hoy no hay otro", afirma Teodoro Rubio, uno de los socios del club.

Además de las cocheras en las que se resguardan los aviones, las instalaciones cuentan con una pista de unos 300 metros, aunque los planes de futuro del aeroclub pasan por "alargar la longitud de la misma para que puedan acceder aviones de mayor envergadura, o por lo menos para que haya mayor seguridad", apunta Rubio.

Para las posibles averías que vayan surgiendo y como principal encargado de su posterior arreglo, el aeroclub Guadalete cuenta con Marceliano Trenado, un veterano experto en mecánica aeronáutica.

No obstante, Trenado fue técnico del ejército del aire desde 1965 hasta 2007, año en el que se jubiló y tras el que pudo dedicarle "más tiempo al aeródromo, pues antes era un hobby ocasional, pero desde que no trabajo estoy más entregado a ello".

Aunque el mundo de la aviación no ha sido el único en el que se ha desenvuelto Marceliano, pues también ha formado parte "de equipos de motociclismo de 250cc, que compitieron en campeonatos de España y de Europa", apunta orgulloso. Pero reconoce que "ese hobby lo tengo un poco aparcado, pues aunque soy aficionado a las motos, he conseguido dejarlas un poco de lado descargando mi adrenalina en la aviación".

Otro de los integrantes del aeroclub y un experto en este tipo de vuelos es Teodoro Rubio, empleado de mantenimiento de una urbanización y poseedor de licencia para pilotar aviones ligeros desde 1992.

A Teodoro, su afición por los aviones le viene de pequeño, y aunque en su familia nunca ha habido nadie al que se le pueda 'culpar' de su gusto por los vuelos, Rubio siempre tuvo claro que "sentía inquietud por practicar este deporte. Desde que tengo uso de razón me ha gustado este mundo y cuando por fin hice realidad mi sueño de pilotar este tipo de aviones, lo vi claro: ésta es mi verdadera pasión".

Además, volar le sirve para, según él, "desconectar de todo, pues es una muy buena manera de aislarte durante un rato de los problemas".

Teodoro posee la licencia para pilotar aviones ULM, que no son ni más ni menos que aeroplanos de pequeño fuselaje que no superan los 160 kilos de peso.

A pesar de su aspecto, los ULM son más seguros de lo que pueda parecer a simple vista. En esta línea, Rubio afirma que "el 70% de los errores en la aviación son producidos por los humanos, por un mal pilotaje o por falta de mantenimiento del aparato. Estos aviones pasan muchos controles, por lo que cuidándolos bien no dan ningún tipo de problemas, y si los dieran, para eso tenemos a Marceliano, que conoce perfectamente la mecánica de aviación".

Aunque no en todos los campos de vuelo tienen la misma suerte que en el de los socios del club Guadalete, por lo que, en estos casos, para el mantenimiento pueden dirigirse a Sevilla, "donde existe un servicio técnico para el arreglo de motores de ULM".

A priori, éste puede parecer un hobby demasiado caro, aunque realmente no lo es tanto como aparenta en un principio.

"Va en función de lo que tú quieras, pues te puedes comprar un avión por 3.000 o 4.000 euros que esté en perfecto estado, pero que la gente ya no compra por estar fuera de mercado, por así decirlo", afirma Rubio, a lo que añade que el suyo "le costó 18.000 euros, pero fue comprado entre cuatro personas, por lo que de esa forma te sale más económico.

"Yo tengo un amigo que se ha comprado uno por 1.500 euros, un 'tubo y tela', algo que se ve como muy antiguo, pero para mí, que me gusta tanto este deporte, lo importante es poder volar, ya sea en uno de última generación o en una escoba si hace falta, mientras que esté en perfecto estado. La aviación no es cara, somos nosotros los que la hacemos cara", apuntilla Teodoro.

En cuanto a las posibilidades que ofrece este particular medio de transporte, no existe ningún tipo de restricción a la hora de desplazarse por toda Europa. "De hecho, con el mío he estado hace poco en Madrid y Zaragoza, e incluso alguno de los que tenemos en el aeroclub fue comprado en Milán, desde donde se trajo en funcionamiento, sin ningún tipo de problema", asegura Teodoro Rubio.

Por su parte, el aeroclub como institución realiza a lo largo de todo el año diversas actividades, como una concentración para la que se ponen en contacto con distintos aeroclubes, "y organizamos una comida en la que se reúne gente de distintos campos, cambiamos impresiones, nos conocemos entre nosotros y pasamos un rato agradable en un buen ambiente".

A pesar de ser un club privado, Teodoro asegura que "la imagen que tiene mucha gente es que es una institución cerrada, solo para los miembros".

Pero nada más lejos de la realidad, ya que "en el aeroclub Guadalete estamos encantados de recibir a todo el que venga a informarse, e incluso a darse un pequeño paseo en nuestras avionetas", afirma el jerezano.

Rubio asegura que, en alguna que otra ocasión, "han habido personas que se han acercado, pero les da un poco de corte, quizá porque ven el aeródromo como un mundo aparte".

Para él, que se considera un "enamorado de la aviación, todo lo que sea ayudar a este deporte y a las personas que les guste, me encanta". En ese aspecto, señala que "si alguien me pide información sobre cualquier duda que esté dentro mis conocimientos, no dudaré en resolverlas".

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