Once años de prisión es la pena de prisión a la que se enfrenta un hombre por tratar de agredir sexualmente a su propia madre. Los hechos por los que fue ayer enjuiciado en la sala de vistas de la Audiencia Provincial se remontan a la friolera de hace algo más de diez años, aunque fueron denunciados más recientemente, en concreto en el año 2006, según pudo conocer este medio. Evidentemente por esta razón hay pruebas que no se han realizado por la falta de inmediatez. Por ejemplo, en caso de ese intento de abuso se suelen hacer exámenes forenses por si hubo algún forcejeo que quede evidenciado por un hematoma, por ejemplo. Aquí se trataba más de una palabra del inculpado contra la de la víctima y viceversa.

El acusado en todo momento ha negado todo aquello que se le imputaba, es decir, el haberse intentado sobrepasar con su madre y tratar de abusar sexualmente de ella. Unas acusaciones muy serias que ayer, en la Sección Octava, quedaron en cierta manera en entredicho a juzgar por el testimonio de la víctima. Esta declaración era la que servía de fundamentación para la acusación del fiscal. En la sala de vistas dijo únicamente que aquello lo inventó porque quería que su hijo, que estaba enganchado a las drogas, entrara en la cárcel para curarse, según dijo. En esos momentos estaba ella bajo un tratamiento que al parecer le estaba afectando de tal manera que ni siquiera sabía lo que decía. La sorpresa de las partes fue que no contestó a ninguna pregunta más ni del fiscal ni de la defensa, ejercida por el letrado Carlos Martín López.

El acusado, por su parte, dijo que en la fecha en la que supuestamente sucedieron los hechos ni siquiera estaba aquí, sino que estaba trabajando fuera. Actualmente se ha recuperado de esa adicción a las drogas y está totalmente rehabilitado. Piensa que detrás de esa acusación, al parecer la madre podría sufrir una adicción a las drogas, puede haber unos intereses pecuniarios.

El Ministerio Público pidió que se dedujera testimonio a su principal testigo. Esto se hace cuando se considera que se ha mentido en la sala de vistas. Hay que tener en cuenta además que por los hechos, imputar un delito a otra persona sabiendo que la acusación es falsa, suponen un hecho muy grave que está tipificado como falsa denuncia en el Código Penal. Aún así, el fiscal mantuvo su acusación.

La defensa, por su parte, pide la libre absolución al considerar que no existen pruebas que lo incriminen y ninguna evidencia que desvirtúe el principio de presunción de inocencia del encausado.