Jerez

Las barreras para ver a José Tomás alcanzan los 700 euros en la reventa

  • Una entrada para el famoso Tendido 6 se cotizaba ayer en los alrededores de la plaza de toros a cuatro veces su valor: 150 euros. El papel, que se agotó en taquilla, también escasea en el mercado callejero

El tirón del diestro José Tomás dejó, como es sabido, sin entradas a la taquilla de la plaza de toros de Jerez. Eso no es noticia. Lo que sí lo es, por el contrario, es que el papel escasee ya incluso entre los reventas que operan en los alrededores del coso.

Los precios son absolutamente prohibitivos. Toda la sombra está vendida, menos un par de entradas de barrera, cada una de ellas a la friolera de 700 euros la unidad. Si se tiene en cuenta que dichas entradas salieron a la venta por 120 euros se llega a la conclusión de que los precios se han multiplicado nada menos que por seis.

Para la que algunos han dado en calificar como la corrida del siglo -hacía mucho tiempo que no se agotaba el papel como lo ha hecho en esta ocasión- aún quedan entradas para el sol, aunque éstas, las más baratas, también comienzan a escasear. Los reventas piden por cada una de ellas 150 euros, casi cuatro veces su valor (se pusieron en venta por 40 euros). Eso sí, no se trata de unas entradas cualquiera. Son del famoso Tendido 6, el mismo al que la sombra alcanza en el segundo o, a lo sumo, tercer toro, lo que permite olvidarse de la gorra por más de media corrida. Los tendidos bajos de sombra (es decir, aquellas localidades ubicadas inmediatamente después de las barreras) se están pagando incluso a 600 euros (salieron a la venta por 70). Valga recordar que según la tarifa oficial, son justamente 600 euros lo que debió pagar un aficionado por disfrutar de un abono de barrera para los cinco festejos del ciclo.

Por lo que pudo observar este medio, los reventas de la plaza de Jerez tienen hasta horario, que coincide además con el de la taquilla. Es allí, en el mismísimo punto de venta oficial del coso, donde no se duda un ápice en dirigir al cliente a la reventa: "Me parece que los chicos de ahí al lado tienen algo". Y es que los reventas que actúan en la plaza de Jerez son jóvenes, muy alejados del estereotipo del viejo y escarmentado reventa madrileño. Lo que fue imposible de confirmar es si los reventas llevaban encima entrada alguna, algo que se antoja difícil. En el caso de las codiciadas barreras de sombra, las mismas que cuestan 700 euros, este medio tiene constancia de que los chicos ejercían de intermediarios pues aseguraban que "conocemos a una persona que dispone de las dos últimas". Suele ser una precaución que adoptan para evitar ser detenidos con las entradas encima ya que éstas quedan confiscadas de inmediato por las fuerzas del orden y el reventa detenido tras ser acusado de una falta administrativa. Normalmente el jefe es el que pasa la mañana tranquilamente en una cafetería o bar próximo con los tacos de entradas y de billetes a buen recaudo. La reventa es una falta administrativa que, en caso de reiteración, puede llegar a convertirse en delito castigado con penas de prisión.

La reventa es tan vieja como la fiesta nacional. Hay personas que se dedican a esta práctica de forma profesional. Lo mismo se les ve en las inmediaciones de la plaza de toros de Jerez que en la de Nimes o en la Maestranza de Sevilla. "En invierno hay que vivir de algo" y por eso se les ve las tardes de los grandes partidos en los estadios más señeros de Primera División.

Las horas previas al inicio de la corrida pululan por las entradas y es entonces cuando pronuncian la más popular de sus frases: "¿Cuántas son caballero?". En caso de que el interpelado ya tenga entradas ni se parará. En caso contrario tendrá la constancia de que ha contactado con un reventa.

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