Jerez

Las bodegas de Félix Ruiz y Ruiz

  • La peculiar imagen de la casa fue creada por Leonetto Capiello

  • Su Xerez-Quina le dio fama internacional

Como diría en uno de sus artículos, nuestro recordado, y buen amigo, Juan de la Plata, "algún día debería haber un investigador (...), para seguirle a fondo la pista a todas estas firmas bodegueras, que ha tiempo desaparecieron, para venir a conocer la historia de las mismas, y a donde fueron a parar, definitivamente, sus marcas y solera , tan celosamente atesoradas durante años y años".

Esto lo escribía, Juan, en su sección de este mismo diario, 'Jerez, tiempo pasados', en una tanda de artículos dedicados a viejas bodegas de finales del XIX. Un reto que pretendo asumir, o al menos intentarlo, con artículos como éste dedicado a Félix Ruiz y Ruiz, y otros ya publicados.

Hacía años que no encontraba la manera de dar forma a la semblanza de este industrial bodeguero. Como era habitual, los datos publicados eran escasos. Por no haber no había ningún imagen que lo identificara físicamente, pero el destino parecía jugar a mi favor cuando en las manos de un amigo cercano, Salvador Pineda Salguero, cayeron algunos documentos de una tía suya fallecida un tiempo atrás. Ésta tenía una relación de parentesco con la esposa del bodeguero.

En uno de los sobres aparecieron tres fotos familiares fechadas en 1911. Fotos que fueron realizadas en el estudio que la familia Calvache abrió en Madrid en la céntrica Carrera de San Jerónimo.

El origen de esta bodega parece estar unido a otra existente en Jerez a finales del XIX, la pujante de José Leña Rendón, que tenía intereses en Sanlúcar, Málaga, Madeira y Oporto. Aunque en algunas de sus etiquetas se reseña como casa fundada en 1809, es una fecha que hay cuestionar, dado el interés de muchos bodegueros por competir con su pasado remoto.

Al parecer, Félix Ruiz y Ruiz, socio, o accionista mayoritario, se hizo con ella en 1894. Tanto es así, que muchas de las marcas, y el logo (un león rampante junto a dos esferas que soportan las columnas de Hércules), pasarían a formar parte de la nueva empresa: Pálido Regente (fino macharnudo), Plus Ultra (oloroso vejo), Tres cortados (añada 1750), Lesseps (amontillado), Carta Blanca (fino), anís Triana, coñac Gayarre, etc. Vinos que serían reconocidos en eventos internacionales como en Barcelona (1888), Toronto (1890), Egipto (1901), y París (1903).

Félix Ruiz y Ruiz, que nacería en Andújar (Jaén), en 1852, según los padrones, se instala en Jerez en 1888. El éxito de sus actividades comerciales hace que a principios de los 90 sea nombrado secretario general de la Cámara de Comercio, cargo que ostentaría en elecciones posteriores.

Si en los inicios la nueva empresa se denomina F. Ruiz y Ruiz y Cia., con la presencia de su hermano Gabriel, desavenencias entre ellos hace que D. Félix le cambie el nombre a Félix Ruiz y Ruiz, a la vez que traslada sus instalaciones de la calle Matadero al espacio que ocupaba el que fuera convento de San Juan de Dios, en la calle del mismo nombre.

El nuevo local le permitió almacenar 3.200 botas, tal como informa la revista El mercurio, de 1 de septiembre de 1910, información que se puede completar con el trabajo de R. Mena y Sobrinos, Reseña de las bodegas jerezanas (1900).

Pero el verdadero éxito de esta bodega fue su Xerez-quina. Su especiales calidades le permitió ampliar sus ventas, no sólo al mercado nacional, sino a países de Europa, como Francia y, sobre todo, a Sudamérica.

Ruiz contaba con excelentes comerciales como Luis Dafaur en Argentina, o bien José M. Mulet en Chile, amén de México y Paraguay. En la Exposición de Buenos Aires, de 1915, fue reconocida con el Gran Premio.

Tal fue su prestigio que para la imagen de la marca, que se convertiría también en el distintivo de la casa, encargó su diseño a uno de los artistas de más prestigio en Europa por aquel tiempo, Leonetto Capiello.

Capiello, de origen italiano vivía en París. y había sido requerido por otras bodegas jerezanas,como Domecq, Sandeman o Valdespino.

Para el aperitivo quina de Ruiz diseñó una curiosa ave de color rojo, mezcla de ibis y cigüeña, que introducía el extremo de su largo pico en una copa. Un icono que en la actualidad aún mantiene su impacto visual.

Pero no fue el único artista que trabajó para él,también lo haría el catalán Francesc Labarta.

Félix Ruiz estaba casado con Rosario Romero Pérez, nacida en Medina, en 1862, y con la que no tuvo descendencia. Este hecho afectó a la continuidad de la empresa cuando su fundador falleció el 25 de diciembre de 1917, gestionándose por otros miembros de la familia.

La necrológica de El Guadalete decía de él: "persona de gran cultura, especialmente mercantil, de amable trato y conducta ejemplar...un hombre que abrió mercado a un nuevo producto, el del Jerez-Quina"

El matrimonió vivió en un lujoso caserón, cercano al lugar de trabajo del propietario, sito en la calle San Juan Grande, que en la actualidad pertenece a la familia González García-Mier.

La bodega iría languideciendo con el paso de los años, pasando de Sociedad Limitada a Sociedad Anónima entre 1954 y 1976, bajo la dirección de Luis de la Calle Ruiz junto con otros tres socios.

Finalmente, en 1974, es adquirida por José Estévez. que traslada las soleras a la calle Cristal, donde anteriormente estuvieron las de Bobadilla, manteniendo la denominación hasta 1984.

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