Equitación

El caballo en estado puro

  • Los que dedican su vida a este animal insisten en la poca afición que existe en Jerez por la falta de promoción · Son los más pequeños los que llegan fuerte y con muchas ganas de aprender

"Trabajar en el campo respirando el aire puro y rodeado de animales, no tiene precio". Esta es la reflexión que José García, profesor de equitación en el 'Centro Ecuestre 2002', hace tras recordar los más de veinte años de vida que lleva ligado al mundo del caballo, un animal que según García, "está muy olvidado en la ciudad".

Es cierto que hablar de Jerez es hablar de flamenco, vino y caballos, pero según afirma el propio José García, "en Jerez no hay afición al caballo, fuera de la ciudad se piensa que aquí hay muchos seguidores, pero no es cierto". El profesor entiende que la equitación necesita de un mayor impulso, "los centros apenas se conocen en la ciudad".

Otro de los tópicos que esconde este deporte, que tiene como protagonista al caballo, es el elevado coste que supone montar. En relación a este hecho García, afirma que "muchas personas piensan que montar a caballo es muy caro y sólo es un capricho para privilegiados. Ahora por alrededor de 100 euros al mes puedes montar dos veces a la semana en cualquier centro de la ciudad. Tampoco estamos hablando de precios desorbitados.

A pesar de la poca promoción que aseguran tener los centros ecuestres, otro de los problemas que afectan al mundo del caballo es la crisis económica. "Este invierno hemos cerrado con unos 100 alumnos, se nota un descenso con respecto a años anteriores. Pero gracias al 'Pony Club' estamos levantando cabeza, porque ha tenido muy buena acogida", afirma José García. El 'Pony Club' es un servicio con el que este centro pretende hacer un esfuerzo por acercar la equitación a los más pequeños. Así, niños desde los 3 años, no sólo aprenden a montar a caballo, sino que también reciben nociones sobre su cuidado y alimentación, además de participan en actividades de grupo asistidos por monitores infantiles. Víctor, padre de unos de los alumnos asegura que lo más importante es que el niño vaya porque quiere, "no hay que obligarlos". Este aconseja a los padres que "busquen una excusa para que se acerquen y conozcan al animal de cerca".

El profesor José García asegura que es bueno que empiecen "desde pequeñitos" porque adquieren un mayor sentido del equilibrio. "Empiezan con los ponis y hacen ejercicios de equilibrio. A medida que van progresando los vamos pasando a los caballos grandes". García explica que a los más pequeños lo que más les atrae del mundo ecuestre es el contacto con el animal, aunque el profesor también insiste en que "hay unos que van porque van los amigos o por la novedad y otros porque realmente les gusta".

Los más pequeños deben recibir clases de iniciación que según explica García consisten en hacer ejercicios de gimnasia en el caballo, "cuando ya van controlando el equilibrio, entonces se les enseña a manejar el caballo". Víctor, padre de un alumno cuenta que su pequeño no es muy buen estudiante, "lo castigo sin ir a montar cuando no estudia, es importante que valore lo que hace y siga adelante".

En relación a los ejercicios que les resultan más complicados a los niños, el encargado del centro explica que "el trote y galope por derecho es fácil, lo complicado es cuando hacen ejercicios de doma a nivel medio, eso ya tiene una mayor dificultad para ellos". Además, José García asegura que no es conveniente que se habitúen a montar siempre el mismo caballo, "es bueno que vayan cambiando porque cada animal tiene una actitud diferente; los hay más nerviosos, más tranquilos o que se mueven mejor o peor". Luis, otro de los padres, explica que los niños "lo que más valoran es el trato con el animal y el estar en contacto total con la naturaleza".

Pero no sólo los niños disfrutan con el caballo, también los adultos disfrutan montando, "todos los centros deben tener caballos especializados para las competiciones, ya que hay que estar preparados para las personas que concursan como profesionales". En relación a los alumnos, cada uno elige una disciplina para competir, "algunos se decantan por el salto, otros a la doma o al raid. Esta última consiste en realizar carreras de campo a través en las que se recorre una amplia distancia por una ruta previamente marcada. En función de la longitud de esta ruta, la competición podrá durar varios días", explica el profesor. Víctor, que también monta desde joven declara que "disfruta como un niño viendo como mi hijo va avanzando poco a poco y se interesa por el mundo del caballo. El me comenta muy ilusionado como progresa en doma y en salto y yo estoy muy orgulloso de él."

Además de las clases de equitación, es importante enseñar al aficionado el pupilaje de caballos, "los cuidamos, los alimentamos. Todo el que monta tiene que entender que el caballo, como cualquier otro animal requiere de una atención y no sólo es cuestión de llegar y montarlo".

Otro factor a destacar del caballo es el beneficio que aporta a personas con minusvalías gracias al contacto con el propio animal. La conocida como hipoterapia es una alternativa terapéutica que se basa en la utilización del movimiento multidimensional del caballo para el tratamiento de diferentes afecciones físicas y mentales. "Algunos montan, otros no, pero el simple contacto ya consigue resultados positivos en niños autistas, hiperactivos o con problemas de movilidad. Se trata de una terapia muy poco conocida pero que consigue muchos adelantos en niños enfermos".

Realmente el caballo en estado puro es lo que da vida, salud, libertad; un animal que con su elegancia y disciplina consigue enamorar al que lo conoce de cerca.

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