Jerez

La desgracia de aceptar un día ser administrador único de un hotel

  • Cebrián ha 'rogado' a los Juzgados que no le molesten más por el Palmera Plaza

Sigue figurando en el Registro Mercantil como el administrador único del hotel Palmera Plaza. Al parecer es que el nuevo dueño debe 'llegar', poner sus nuevos cargos para que así conste y abonar las tasas correspondientes. De momento nadie lo ha hecho. Y ahí sigue en el limbo del Registro. Para su desgracia. Este economista catalán aceptó el encargo porque había una serie de problemas que el establecimiento debía solucionar en la parte trasera, la zona donde colinda con unas viviendas y donde se quería construir un necesario aparcamiento. "Acepté porque la figura de administrador único haría todo más fácil". Sería así o no, pero lo cierto que es que Juan Carlos Cebrián se vio sumido en una serie de circunstancias que llegaron a agobiarle en sobremanera: "No sé sinceramente en qué pensaban la Guardia Civil y los Juzgados de Jerez. Me llegaban una tras otra solicitudes para que me presentara y denunciara los robos en una instalación abandonada con la que no tenía relación alguna desde hace cinco años".

Cuando empezó a verse agobiado por solicitudes judiciales sobre algo de lo que ya no tenía que responder acudió debidamente asesorado ante un notario. Lo hizo en Murcia en julio de 2013. De esta forma formalizó que su relación con ese hotel jerezano llamado Palmera Plaza había terminado. "Pero ni por esas".

Tuvo que acudir ante notario para dejar claro que su relación con el hotel es ya inexistente

Apenas habían pasado cinco meses cuando recibió nuevas notificaciones. "No tengo nada que ver", fue la contestación que aportó. Pero de nada sirvió pues entre 2014 y 2016, conforme el Palmera Plaza iba cayendo en la más absoluta de las ruinas, las solicitudes, para su desesperación, siguieron llegando. Hasta un total de 15. "Algo absolutamente desesperante".

A tal grado llegó el asunto que no tuvo más remedio que hacer una especie de 'respuesta modelo' que de forma indefectible era remitida a los Juzgados cada vez que se le pedía que se posicionase al respecto. "Absolutamente desesperado". Lógicamente, Juan Carlos Cebrián acudió a los juzgados barceloneses donde "se dio fe de que no se me molestara más".

Pero la situación no acaba aquí, el limbo de sociedades en el que se pierde el hotel Palmera Plaza es tal que incluso una de las partes interesadas en que se dé una salida, como es el Banco Popular, "¡se puso en contacto conmigo para que le echara una mano!".

En todo este complicado, turbio y enrevesado asunto, Juan Carlos Cebrián proclama una frase concluyente: "Soy el único que ha hecho lo que tenía que hacer en todo este lío".

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