La abogada Antonia Alba es la representante en Cádiz del Movimiento Femenino por la Igualdad Real, que surge como respuesta a lo que considera "feminismo radical". La asociación está conformada por "abuelas, madres y hermanas de las familias paternas de niños cuya custodia acaba en manos de la madre tras un divorcio. Queremos estar del lado de nuestros hombres", indica Alba. "Los medios de comunicación nos están ninguneando, queremos visibilidad y lo que buscamos es una igualdad real. No queremos pisar a los hombres. Llevamos tantos años luchando por la igualdad y una vez que hemos llegado arriba, ahora queremos pisarles, y las cosas no tienen que ser así".

El pasado 9 de septiembre, el grupo acudió a Cádiz durante la manifestación convocada por colectivos feministas para apoyar a Juana Rivas, la mujer granadina que no entregó a sus hijos a la Justicia para que le dieran la custodia al padre, un caso muy sonado. "Acudimos porque el día 1 nos concentramos en favor de los hombres a las puertas de la Audiencia pero no vinieron los medios a los que habíamos convocado. Por eso fuimos el día 9, simplemente portando una pancarta que decía 'igualdad'. Un hombre a golpes nos tiró la pancarta de forma violenta. ¿Somos mujeres de segunda? A mí me han llegado a decir que a ver si me daba un hombre una paliza para sentir lo que siente una mujer maltratada. Allí se escucharon gritos como 'Ante la duda, tú la viuda', y yo me pregunto si eso no es delictivo", denuncia.

Yo trabajo en el turno de oficio de violencia de género y te puedo decir que hay mujeres que presentan denuncias falsas. Según el Consejo General del Poder Judicial, son muy pocas, pero yo animaría a los que hacen estadísticas a que se fueran una semana a un juzgado y que comprobasen la situación. Lo saben los jueces y los fiscales, pero tienen órdenes de arriba y quieren silenciar esta realidad".

Con respecto al caso Juana Rivas, se muestra clara. "¿Por qué un hombre al que le condenaron a tres meses de cárcel en 2009 no es apto para ser padre si esa condena es lo menos que se despacha y luego volvieron a vivir juntos y tener un segundo hijo?". Igualmente, se muestra muy crítica con los cupos de mujeres en puestos políticos o de dirección. "Si hay más mujeres preparadas, que haya más mujeres, pero si hay más hombres, que haya más hombres. Yo no quiero que me den un trabajo sólo por ser mujer. Estoy en esta lucha porque soy mamá de dos varones y el día de mañana no les quiero sacar de la cárcel. Para ser directivas queremos cupos, porque vemos que llegan más hombres que mujeres, pero luego, ¿no nos vamos a una obra? Ahí hay más hombres que mujeres, pero eso no lo reivindicamos, ¿no?".

En el caso de la custodia compartida, "la defendemos caso por caso, habrá excepciones pero es que los divorcios han pasado a ser una guerra de gladiadores. No, lo importante es el niño y llegar a un acuerdo entre el padre y la madre. Si un hombre tiene una mujer y se divorcian y esa mujer se quiere ir a otra región, ¿por qué ese padre tiene que dejar de ver a los niños? ¿Por qué la ley nos favorece a las mujeres? A mí las feministas radicales no me representan, y a día de hoy, con todo lo que significa y lleva aparejado ese término, no me siento feminista".

"Hay mucha necesidad de visibilizarnos como mujeres en muchos foros", prosigue Alba, "queremos ser mujeres independientes, con nuestra vida personal, laboral, y ser mamás. ¿Por qué un hombre no es apto para cuidar a los niños? ¿Por qué se parte de esa base? No podemos comparar al hombre de hoy en día con nuestros abuelos, el mundo ha evolucionado y un hombre es tan apto para quedarse con la custodia como la mujer. No por ser mujer se es buena madre ni por ser hombre se es mala persona. Eso es lo que reivindicamos", remacha.