Pilar Valencia. Dedicada al mundo del yoga

"Somos diferentes, pero deberíamos tener los mismos derechos"

Pilar Valencia lleva en Jerez el mismo tiempo que lleva impartiendo clases de yoga, poco más de 25 años. Jerezana de sentimiento, su propio centro dedicado a esta actividad ha cumplido los tres años, aunque lleva seis siendo autónoma.

"La verdad es que he tenido mucha suerte a la hora de montar mi propio centro, en el que tratamos el bienestar de la persona, de cualquier edad o sexo. Mi ventaja es que al llevar tantísimos años dando clases, lo más importante, que es la clientela, ya lo tengo, porque me han seguido", explica Valencia. Asegura hacer un balance bastante positivo de los años que lleva como dueña del centro de bienestar y después de tantos años, sigue disfrutando siendo profesora. Además de dedicarse al yoga, en el mismo negocio cuenta con la consulta de un osteópata, una compañera masajista -quien le acompaña en la fotografía- y varias consultas donde se imparten varias terapias, entre la que se encuentra la acupuntura, "una de las más demandadas últimamente".

La propietaria asegura no hacer encontrado desigualdades entre hombres y mujeres a la hora de abrir su propio negocio. Comenta que en el mundo donde ella se mueve, ganan las chicas. El por qué de esta circunstancia lo explica atendiendo a que "las mujeres quizás nos enfrentamos más fácilmente a cosas nuevas, somos más abiertas y más flexibles. Somos mayoría las profesoras y las alumnas. Aunque tengo que confesar que esto está cambiando y cada vez tengo más chicos como alumnos".

Valencia también confiesa el haber encontrado problemas a la hora de solicitar un préstamos o una hipoteca al banco. "La verdad es que sí. A la hora de la concesión cuenta mucho si tu marido o pareja tiene tal trabajo o tal otro. La cuestión de los avales importa mucho si eres una mujer. En el caso de ser soltera, la cosa seria aún peor". Ante esta circunstancia, la empresaria asegura sentirse "fatal. Que en pleno siglo XXI nos sigan discriminando por el hecho de no ser hombres me parece una barbaridad".

La profesora cuenta su propia teoría respecto a la supuesta igualdad entre hombres y mujeres. "Es evidente que no somos iguales en muchos sentidos. Somos mejores o peores para según qué cosas, incluso físicamente, pero eso no quiere decir que tengamos más ni menos derecho los unos o las otras".

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