Jerez

La excelencia que convierte a un centro en 'Harvard Núñez'

  • El instituto es conocido, tanto por los buenos resultados de sus alumnos y la escasez de repetidores, por ganar numerosos premios y certámenes externos

Uno de los aspectos de lo que más orgullosa se siente la directora del instituto Álvar Núñez, Mercedes Muñoz, es su excelencia, "con una buena convivencia entre todos los sectores de la comunidad educativa, buenos resultados académicos del alumnado en todos los niveles, tanto en la ESO como en Bachillerato, alto nivel de titulación en todas las enseñanzas que se imparten, buenos resultados en las pruebas de acceso a la Universidad y la alta tasa de idoneidad, es decir, que el alumnado va con su edad y hay pocos repetidores". También resalta "la gran implicación del profesorado en la vida del centro y el grado de implicación de las familias".

Con este panorama, no es extraño que de forma cariñosa y humorística sea conocido como el 'Harvard Núñez', a tenor de los méritos obtenidos por el alumnado del centro en pruebas, certámenes y concursos externos "como el Premio Extraordinario de Bachillerato 2011 de la provincia; premio de ortografía de Andalucía y premio en las Olimpiadas de Química".

Es el segundo instituto que se creó en la ciudad, y según explica el antiguo director del centro, Manuel Ruiz Carmona, fue en los años 70 cuando se le puso su actual nombre "en dura competencia con el de General Primo de Rivera, preferido por las autoridades locales del Régimen, aunque en esta etapa el instituto era conocido en la ciudad como el 'nuevo', frente al 'viejo' instituto Coloma". Ruiz Carmona recuerda además que, desde el año 70 hasta el 77, "fue una etapa difícil del instituto porque coincide con la etapa final del régimen franquista. En esa fecha además se produce un traslado casi masivo del profesorado que había marcado la actividad en el centro durante los años anteriores".

Un dato significativo de las dificultades de esos años es que, "en aquellos siete cursos iniciales hubo hasta seis directores diferentes, justo el mismo número que ha habido desde entonces hasta ahora".

Estos cursos iniciales están marcados por la actividad política clandestina y por las primeras reivindicaciones del profesorado interino. "De lo primero -explica el antiguo director- ha quedado en la memoria de aquella generación que pasó por el instituto el recuerdo de una vieja multicopista, marca Roneo (la popular 'vietnamita' de la lucha política antifranquista). De lo segundo el hecho más destacado es la larga huelga del curso 1976-77". También resalta las primeras reparaciones, "en concreto, obras de impermeabilización de los tejados, que fue necesario realizar ya en los primeros años de vida del instituto".

En una segunda etapa, de 1977 a 1985, "se produce la progresiva estabilización del profesorado del centro, sin las renovaciones masivas de los primeros cursos". En ese periodo también se realiza una amplia reestructuración del edificio. "Concretamente -señala Ruiz Carmona- se sustituyen las cristaleras, arruinadas en su mayor parte, por paredes de ladrillos, se pone una nueva carpintería en las puertas, se reordenan los espacios interiores del centro y se pinta el edificio".

El centro está construido sobre una parcela de 11.725 metros cuadrados. En la planta baja están situadas las dependencias de conserjería, secretaría, despachos, sala de profesores, sala de juntas, laboratorios, sala de audiovisuales, aula de dibujo, aula taller, salón de actos y gimnasio. Las aulas de grupo y específicas están distribuidas en dos pabellones de tres plantas y dispone también de amplios patios.

Los alumnos proceden fundamentalmente de la zona de San Joaquín, el Altillo, Monte Alto y El Bosque, ya que tiene como centros adscritos el colegio público Antonio Machado y el instituto de Secundaria Sofía. No obstante "en los últimos años -explica la directora- hay una gran demanda de alumnos de centros distintos de los que nos corresponden por adscripción, especialmente en Bachillerato y en los ciclos formativos, donde tenemos estudiantes procedentes de Arcos, Sanlúcar, Chipiona, Rota y pueblos de la Sierra. En general son jóvenes de clase media, con buenos hábitos de trabajo, interés por el estudio y un fuerte espíritu crítico. Un tipo de alumnado que facilita la convivencia y motiva al profesorado en su labor docente".

Entre las principales necsidades del centro señala que, "al tratarse de un edificio antiguo, requiere un mantenimiento de infraestructuras que resulta costoso. Se ha acometido paulatinamente el arreglo de la cubierta y en la actualidad solo falta reparar la techumbre del salón de actos, pero la delegación provincial de Educación va a acometer las obras este curso".

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