El alto precio a desembolsar y el encarecimiento de las hipotecas pueden no ser los únicos escollos a la hora de acceder al mercado inmobiliario. En ocasiones, por si fuera poco, el principal obstáculo a salvar reside precisamente en lo anterior, en el acto literal de acceder a una vivienda una vez que se ha comprado. Este es el problema que arrastran desde hace veinte meses, prácticamente dos años, 105 familias de la ciudad que todavía no pueden residir en sus pisos pese a que éstos ya están construidos; tienen las llaves; y, lo más importante, pagan religiosamente cada mes su hipoteca.

Los vecinos de las promociones Arroyo del Membrillar y Astra Mar, entre Carrefour Norte y la avenida de Lola Flores, sólo pueden entrar en sus domicilios los jueves de cada semana, entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde, y en muchos casos deben afrontar doble ración de gastos: el pago de la hipoteca de sus pisos y la renta de un alquiler mientras esperan poder entrar a vivir en ellos.

Una situación rocambolesca, familiar por desgracia para muchas otras personas, y que es fruto, según explica José Manuel Rodríguez, improvisado portavoz de la comunidad, de diversos problemas de urbanización relacionados con los suministros de luz y agua que han bloqueado la concesión por parte de Urbanismo de la licencia de primera ocupación. Además, puntualiza, los documentos pertinentes de finalización de las obras "tampoco han sido entregado". "Nos hemos visto obligados, en muchos casos, a ir metiendo muebles como medida de presión y algún que otro generador. Muchos de nosotros pagamos a la vez una hipoteca y un alquiler, o tenemos que vivir en casa de un familiar, lo que hace que nos obliguen a no poder emanciparnos", relata Rodríguez.

"Los problemas que tenemos con los suministros de luz y agua son provocados por la ineficacia y el pasotismo de la constructora (Edimar y Edisan) y la promotora (cooperativa Claves de Gestión Urbana), que juegan con nuestros sentimientos", lamenta José Manuel, quien además también responsabiliza de esta situación al Ayuntamiento de Jerez y su delegación de Urbanismo, "por no controlar la demora en las obras de urbanización y que según dicta la Ley de Junta de Compensación debería haber tutelado en todo momento".

Después de numerosas reuniones y tras "llamar a todas las puertas implicadas sin encontrar respuesta, sólo fechas futuras erróneas de entrega", los vecinos han empezado a concentrarse todos los jueves a mediodía en la urbanización y ya han solicitado autorización de la Subdelegación del Gobierno para manifestarse. Para ello, demandó, en nombre de la comunidad, "la colaboración y el apoyo de la ciudadanía, colectivos e instituciones que se solidaricen con nuestro problema".