Jerez, sin excepción, se volcó en la consecución de una Escuela de Comercio propia, que reclamaba a voces el auge de su industria vinícola y la importancia de su comercio.

Echemos un vistazo atrás: 9 de agosto de 1921. Se constituye la Escuela Pericial de Comercio, 'continuadora' de la antigua Escuela libre de Comercio, no oficial, de 1914, que ya el primer año llegó a matricular a 91 alumnos. Gobernaba en Jerez Pedro Díaz López. Eran, entonces, diputados a Cortes por esta circunscripción Francisco Moreno Zuleta, Conde los Andes, y Juan José Romero Martínez, que fue nombrado en abril de 1921 subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública. Jerez encontró en ambos las mejores condiciones para alcanzar tan ansiado empeño, como así ocurrió.

La Escuela Profesional de Comercio de Jerez fue nómada: Las primeras clases se impartieron en la planta baja del Instituto General y Técnico, en la alameda Cristina, pero más tarde pasó al número 44 de Duque de Almodóvar (hoy Larga); luego en calle Francos, 30, hasta que en 1928, el entonces comisario-director Juan del Junco y Reyes, catedrático muy recordado aún hoy día por sus antiguos alumnos y hombre clave en la constitución y auge de la Escuela, logró trasladar su sede al antiguo convento de la Victoria, en el número 54 de la calle Porvera, entonces Sagasta.

Merece recordarse la descripción que Fedriani realiza sobre el nivel económico de los alumnos de la Escuela. Hubo un gran número de alumnos que procedían de familias de acomodo medio, que pedían convalidaciones de asignaturas cursadas en Bachillerato. Otro sector lo formaban hijos de empresarios, que procuraban para los futuros gerentes de sus industrias una preparación más completa que la que ellos tuvieron, y por fin, otro número que provenía de familias modestas, inscritos como oyentes, que compatilizaban los estudios con el trabajo y cuya "tenacidad y constancia ha escrito las páginas más brillantes en la historia de la Escuela de Comercio".