Jerez

La huelga de los jardineros le da la puntilla a Torrox

  • La laguna pierde sus praderas mientras el vandalismo y el abandono se erigen en verdaderos males endémicos de la zona

"No sé si esto lo tendrán así porque lo construyó Pacheco y quieren que se pierda. O quizás lo tienen así porque no les interesa que esté bonito... o porque no tienen dinero para lucirlo en condiciones. Lo que único que sé es que, entre otras cosas, yo vendí lo que tenía y me vine aquí porque el proyecto de vivir junto a un lago me resultaba bonito. Pero tantos meses de abandono han dejado esto fatal. Si algo positivo va a tener este abandono es que los vecinos ya nos estamos hasta planteando asociarnos para ver si así presionamos al Ayuntamiento". Quien así se expresa es un jerezano que prefiere mantener el anonimato al ser el titular de una pequeña empresa que le trabaja al Ayuntamiento. "No quiero enfados ni líos, por eso prefiero que mi nombre no se publique, que no está la cosa como para quedarse sin clientes".

Torrox es una fuente de contrastes. Mientras aves migratorias aprovechan sus aguas para pasar el estío, a apenas unos metros las praderas -antaño de césped verde- ofrecen el más seco aspecto que imaginarse pueda. El agua, pese a estar tan cerca, no ha sobrado jamás en la que estaba llamada a ser la joya de las zonas verdes jerezanas. Antes de la huelga de los jardineros el aspecto ya era pésimo. El pésimo crecimiento de los árboles deja bien a las claras que allí no se ha regado jamás en condiciones. Todo ello a pesar de que el agua (reciclada por la Depuradora) sobra a apenas unos metros en una laguna que se mantiene siempre a media capacidad para que tenga capacidad de amortiguación en caso de que diluvie de improviso.

Torrox está abandonada. A cada día que pasa más papeleras están rotas, algunas de ellas con la bolsa azul de basura rebosante de desperdicios. Hace semanas que nadie los recoge.

La peor zona de toda la laguna de Torrox es precisamente la más cercana al casco urbano, es decir, aquella que linda con la zona de Media Markt. Grafitis de todo tipo (incluso en el suelo), desperdicios y restos de gamberradas (un carrito del supermercado yace en el fondo del estanque) se erigen en la seña de identidad de una laguna olvidada. Que la laguna es una zona que nadie vigila queda bien a las claras cuando se comprueba que hay bancos de hormigón que pesan cientos de kilos que han sido movidos de su ubicación. Los restos de la última botellona clandestina del fin de semana campan rotos en mitad del paseo que rodea la ribera de la laguna sin que nadie los haya recogido. Quizás tan sólo la regeneración de la zona y su puesta en valor como zona de ocio y esparcimiento terminarían de incluir a la Laguna de Torrox en Jerez porque en la actualidad los dos estanques que la conforman pueden estar en la ciudad pero, ciertamente, tan sólo se puede decir que forman parte de ella para esos jerezanos que viven allí y para quienes los aprovechan para hacer ejercicio.

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