Jerez

140 motivos para 'tumbar' un PGOU

  • Ecologistas en Acción hace pública su batería de alegaciones al documento urbanístico, donde resaltan la critica al mantenimiento de un urbanismo salvaje y la nula apuesta por un transporte público eficaz

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Jerez, actualmente en fase de aprobación inicial y cuyo período de exposición y alegaciones concluyó la semana pasada, no convence a Ecologistas en Acción. De hecho, la organización conservacionista, junto a otros colectivos como Biciurbana o la asociación El Zoco, ha presentado un total de 140 consideraciones, en forma de alegaciones y sugerencias, que deberían ser tenidas en cuenta por el gobierno municipal y los diseñadores del documento para que éste no caiga en "continuas paradojas y contradicciones". Y es que, según han vuelto a denunciar, la revisión-adaptación del planeamiento urbano sostiene que "tiene entre sus fines, y como principio rector, el desarrollo sostenible y cohesionado del término municipal, pero al mismo tiempo promueve un crecimiento innecesario [en relación con el consumo de nuevos suelos] que requerirá de más recursos relacionados con el consumo de agua y energía".

En el caso de la proyección de viviendas, el grueso de su batería de alegaciones al Plan, Ecologistas en Acción la califica de "desmesurada" y propone ajustar la construcción de nuevos inmuebles a las "necesidades reales" de la población. Es decir, de lo que se trata es de recortar las 22.000 viviendas planificadas hasta las 8 ó 9.000 que se han previsto para el núcleo principal de la ciudad, obviando de ese modo los nuevos crecimientos. Asimismo, para garantizar que se cumpla con el derecho a la vivienda, también sugieren fomentar la rehabilitación, la construcción de VPO y la instauración de ordenanzas que hagan aflorar al mercado las más de 13.000 viviendas vacías que se contabilizan en Jerez.

En otro orden, la organización ecologista también critica que el modelo de ciudad planteado siga "abusando de las baja densidad de viviendas, lo que hace ineficaz el uso del transporte público". "Las densidades por debajo de las 40-45 viviendas por hectárea no garantizan una masa crítica que permita condiciones mínimas de urbanidad: oportunidad para el transporte colectivo, servicios y equipamientos urbanos, urbanismo comercial, y espacios públicos vibrantes". Al tiempo, otro de sus grandes 'peros' al nuevo PGOU estriba en la distribución de los usos globales del suelo, que concentran la actividad económica en grandes bolsas de la periferia, con especial atención a una gran zona de actividad comercial en torno a IKEA. "Las dimensiones de este sector y la zona de influencia que generará -según subrayan- provocará la afluencia anual de más de cinco millones de visitantes, fundamentalmente en vehículo privado, con lo que se producirá un notable aumento de las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) en esté sector y el conjunto de Jerez, mientras que el Plan, además, no prevé medidas para contrarrestar dicho volumen de desplazamientos".

Es más, según exponen al hilo de lo anterior, "la concentración de las actividades económicas en la periferia de las ciudades y su separación radical de las zonas residenciales contribuye a la pérdida de vida en los barrios y al aumento de la movilidad en coche privado".

En cuanto a la relación entre las zonas verdes y su importancia para la lucha contra el cambio climático, el Plan, a juicio de Ecologistas en Acción, no plantea nada ni en la memoria de ordenación ni en las normas urbanísticas. "En la ciudad han proliferado en los últimos tiempos los diseños urbanísticos con plantaciones de palmeras y con praderas de césped, pero el PGOU no plantea nada para reconducir esta situación".

En última instancia, desde Ecologistas recalcan la imperiosa necesidad de considerar al río Guadalete como uno de los principales elementos a preservar y recuperar del término. "Hay que acabar con el expolio de la vega por las graveras y con el olvido de la sociedad jerezana hacia el río", apuntan. Asimismo, explican que "el suelo agrícola que rodea a la ciudad es un recurso de primer nivel por su valor agronómico, cultural, histórico, natural y paisajístico, y no puede ser sembrado de hormigón y destruido por el asfalto. Por ello hay que proteger los enclaves agrícolas que rodean a la ciudad y fomentar el uso agroecológico del mismo".

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