Jerez

Los ojos de Mozambique

  • Los Sagrados Corazones organizan una cena benéfica el 6 de junio pro misiones en África; el coordinador, Adolfo Sastre, describe la vida de miles de personas allí

"¿Qué va a ser de mí? Ya no podré estudiar". Julia vivía con su abuela en Mozambique. La mujer recolectaba raíces y otros frutos de la tierra para poder educar a su nieta. La madre, viuda, tuvo que emigrar a Sudáfrica. Julia tuvo la posibilidad de ir a un internado. Cuando la abuela murió, Julia lloró mucho. Su futuro ahora era incierto. Gracias a la ayuda de la congregación de los Sagrados Corazones, Julia podrá seguir estudiando. Su deseo es ir a la universidad y formarse para ayudar como a ella le han ayudado.

Adolfo Sastre es cura desde 2006 en la jerezana parroquia de Los Albarizones. Antes estuvo en la de San Pablo, en San Telmo. Ambas son de la congregación de los Sagrados Corazones. Este párroco es el coordinador de la ayuda que manda la organización a las misiones de África. Entre las actividades que desarrollan está la búsqueda de subvenciones para proyectos que se hacen en países africanos, envío de contenedores a Congo y Mozambique, creación y dirección de internados para niños y niñas, programas de atención a la infancia, adolescentes, mujeres y ancianos, entre otras iniciativas.

Para poder llevar a cabo estas iniciativas es necesaria la colaboración de entidades privadas y públicas, así como la implicación de los ciudadanos. Por ello, la congregación ha organizado una cena benéfica para el día 6 de junio, a las nueve de la noche, en la bodega 'Doña María', junto a la plaza del Cubo, pro misiones de África. La velada estará animada por el grupo musical Cañada. El donativo es de 35 euros, pero hay disponible una fila cero para quien quiera colaborar en esta iniciativa: 0004 3040 98 0702450209.

Mozambique es uno de los nueve países más pobres de mundo. "Algunos datos son realmente tremendos: la renta per capita es de unos 800 euros al año; la esperanza de vida era de 41 años y ha bajado a 39 a causa del Sida, y bajará a 37; el 15% de los niños que nace muere antes de cumplir el año; un millón de niños están afectados por el Sida; es un país donde la mujer lleva el peso de la economía, la fuerza laboral en el sector agrícola recae mayoritariamente en el sector femenino; el 80% de las mujeres del interior son analfabetas y el 40% de la población no tiene acceso al agua potable", comenta Adolfo.

Mozambique es pobre fundamentalmente por dos causas: por la guerra, ya que después de las coloniales hubo una civil, que destrozó su estructura y su economía. Y la segunda, por la falta de infraestructuras, ya que el dinero era empleado para armas y no para lo más necesario, especialmente la infraestructura agrícola, que depende de lo que el cielo quiera mandar de lluvia o de sequía. "El año pasado hubo una gran inundación que dejó a 80.000 personas sin nada. Y nada es nada. En la parcela de la iglesia que tenemos allí, tuvimos que atender a 8.000 personas. En el sur, mientras tanto hubo una sequía que les dejó sin cosecha de maíz, que es una de las bases de la alimentación del país, junto con el arroz. Hay una gran riqueza de pesca pero la explotan otros países", subraya Adolfo.

"Nuestra gran preocupación -añade el cura- son los niños y las mujeres. Y es que hay unos 300.000 niños huérfanos por causas de la guerra y del Sida. Están condenados a ser niños de la calle. Nosotros tenemos dos internados para niñas que llevan las religiosas de los Sagrados Corazones y ahora uno de los proyectos que tenemos entre manos es la construcción de un internado para niños y niñas huérfanos. Además de los internados hay otra manera de trabajar con los niños que es buscar acogida para ellos dentro de su propia familia, que están en extrema pobreza. Como no pueden alimentar a los pequeños nosotros buscamos personas que se hagan cargo de ellos por 15 euros al mes, y así pueden permanecer en su entorno familiar". Julia es un ejemplo de este apadrinamiento, gracias al cual podrá hacer realidad sus deseos de llevar una vida, en condiciones.

Las niñas también preocupan a los Sagrados Corazones. Las niñas adolescentes son, en muchas ocasiones, vendidas hasta por sus padres por dos sacos de arroz. Muchas de las niñas son condenadas a ser madres antes de los 14 años. Y sin quererlo, ellas van a contagiar el Sida a sus niños. "Así pues, tenemos una gran preocupación por la educación del adolescente. Buscar la preparación de la mujer ya que el 34% de los cabezas de familia son mujeres, debido a la guerra, ya que se han quedado viudas, o la inmigración", cuenta Sastre, que añade que dentro de los proyectos de cara a ayudar a la mujer está la construcción de un pozo de agua, "porque así se ahorra a la madre o a la niña tres o cuatro horas de camino para conseguir agua, que a veces no es ni potable. También proyectamos cursillos de formación como la higiene, nutrición o el cuidado de niños, y es que muchos pequeños mueren por una simple diarrea".

La recaudación de la cena del día 6 de junio es concretamente para los internados de los niños y la atención a la infancia. "En Mozambique llevamos la dirección de un colegio para ciegos, el único de todo el país. Lo construyó el gobierno portugués, que se lo entregó al mozambiqueño con la condición de que nosotros lleváramos la dirección. La ceguera allí, en algunas zonas, es como una enfermedad maldita, un castigo de Dios. Los niños ciegos no reciben ninguna formación. Están condenados a vivir de su familia o de la limosna".

Otro tema que preocupa a la congregación son los ancianos. Allí no existen las condiciones sociales de aquí. Si están solos y encima en extrema pobreza, como el 60% de las familias, ¿quién les alimenta y les cuida? Los Sagrados Corazones les ofrecen alimentos y les facilitan unas casitas, de 3 por 4 metros, un sitio donde estar "que para ellos es un auténtico lujo".

Sastre hizo un llamamiento para que los jerezanos acudan a esta cita y colaboren con las personas que realmente necesitan nuestra ayuda. "Y si no pueden asistir tenemos fila cero, o pueden hacerse voluntarios, o colaborar económicamente… Hay muchas formas de cambiar la realidad. Tenemos que darnos cuenta de que aquí todos somos ricos porque tenemos luz, agua, vivienda, enseñanza, medicinas, seguridad… Ellos no tienen esto. Somos unos privilegiados".

Sastre asegura que el gobierno mozambiqueño "tiene como prioridad atajar la extrema pobreza, pero no es muy fuerte económicamente y necesita ayuda de otros países, ya que quedó destrozado por la guerra. El país lleva ya diez años de estabilidad política y está desarrollándose y levantándose. Hay gente con ganas de luchar y hambre de estudiar La gente es muy digna, aunque los ojos de las mujeres son los que mejor reflejan la tristeza de un país".

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