EL PORQUÉ DEL PARQUÉ

Un respiro de alivio

  • Los movimientos bruscos de la última semana han aumentado los niveles de volatilidad de la Bolsa - La situación actual genera oportunidades para los cortoplacistas, pero a cambio de un alto riesgo

Tal como señalábamos en nuestro artículo anterior, al romper el IBEX-35 el importante soporte del nivel 15.600, rápidamente bajó 400 puntos hasta alcanzar los 15.200 puntos, soporte igualmente importante y que, caso de haber sido perforado, hubiera provocado una corrección, sin duda, de gran calado y que, probablemente, llegara a poner a prueba la línea de tendencia alcista de medio plazo que pasa, en estos momentos por el nivel de los 14.400. Un momento, pues, delicado, salvado con suficiencia puesto que, en días posteriores, hemos logrado volver a los niveles de los 15.800 muy próximos ya al techo del mercado y gran resistencia del mismo que se encuentra en 16.000 puntos.

Estos movimientos bruscos y ciertamente convulsos han aumentado los niveles de volatilidad, lo que unido a un entorno de incertidumbre y desconfianza que en última instancia es el que provoca tal volatilidad, hace muy técnica y compleja la gestión de los mercados de acciones. Por un lado esta volatilidad implícitamente genera oportunidades de sabrosas plusvalías para los cortoplacistas, pero a cambio de incurrir en un nivel de riesgo muy alto y además, estar obligado a acertar en un alto porcentaje en las decisiones de inversión.

Francamente, muy difícil de gestionar y, sobre todo, de establecer un equilibrio aceptable entre rentabilidad esperada/riesgo asumido. La cuestión clave que valoran los mercados mundiales de renta variable es si hay o no liquidez en el sistema financiero internacional, pues de ello dependerá la mayor o menor facilidad para conseguir crédito bancario y, fundamental, a qué precio. En este sentido cabe señalar que algunas entidades financieras de tamaño medio de nuestro país cotizan su deuda senior en mercados secundarios a niveles de euribor más 150 p.b. ¿A cuánto se debe prestar en nuestro país a empresas corrientes y normales? No cabe duda que los efectos secundarios de la crisis de las "subprime" estadounidenses - llámense crisis de confianza interbancaria y subsiguiente crisis de liquidez para las entidades financieras -están manteniéndose en el tiempo por plazos más largos de los inicialmente esperados y, lo que es peor, no se le ve solución hasta avanzado el año 2008.

En realidad, lo que está pasando es que la Banca de países occidentales durante los últimos 15 años ha estado financiando sin restricciones y a precios muy competitivos el largo plazo del pasivo de su balance obteniendo recursos muy eficientes para financiar las hipotecas que eran capaces de conseguir. De pronto, y absolutamente de golpe, ese fondeo de largo plazo es inexistente, se ha secado y no se puede poner fecha a su posible reactivación. Sólo cuando, con el paso del tiempo, se conozcan las cuentas de resultados de las entidades financieras, la incidencia de la morosidad en las mismas y en cuanto y a quién ha afectado, podremos lentamente reactivar este mecanismo financiero, absolutamente vital para conseguir la necesaria armonía entre oferta y demanda de crédito.

Me he extendido en estas consideraciones porque este problema, que afecta a la mayoría de los sistemas financieros occidentales, tiene una extraordinaria repercusión en la economía real. Muchas de las operaciones corporativas que se han realizado en los últimos años serían hoy imposibles por falta de financiación y las que en este momento se pueden estar diseñando no permiten apalancamientos del nivel estándar. Por otra parte, en un mercado crediticio selectivo el tipo de interés tiende a subir, primero porque la ley de la oferta y la demanda así lo exige, pero sobre todo, porque la crisis de liquidez quién en último término la va a pagar es el que pide financiación. Curiosamente, los beneficiados en primera instancia de esta problemática son los países emergentes, en especial China, o los productores de petróleo, quienes con balanzas comerciales muy excedentarias tienen una posición holgada de liquidez. Ya no se conforman con invertir en bonos soberanos ligados al dólar, sino que, para obtener rentabilidades mayores invierten en participaciones empresariales. No sorprendería que otra vía de solución a esta crisis sea liderada por países emergentes con China a la cabeza.

Un comentario para los inversores más tradicionales y largoplacistas. En un mercado volátil, con escenarios depresivos y complejos, se entra siempre detrás de lo que haga el mercado. No anticiparse por la maldita intuición. En el mercado español no antes de superar, en cierre, el nivel 16.000. Recordar que diciembre es un mes estadísticamente alcista y que enlaza con el llamado "efecto enero". La prudencia, no obstante, es una buena compañera de viaje en épocas de crisis.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios