La economía española está en un "callejón sin salida" y "no hay nada, dentro del mundo de la lógica, que haga pensar en una pronta salida" de la crisis, salvo "la suerte" y "la ayuda externa del ámbito de Europa", de las que España, y Andalucía por extensión, tienen en la actualidad "absoluta dependencia".

El ciclo sobre Economía y Sociedad de la Academia San Dionisio se mueve entre las luces y las sombras. Gumersindo Ruiz, catedrático de Política Económica de la Universidad de Málaga y Asesor de Unicaja, no comparte el optimismo que transmitió el profesor Fernando Faces en la inauguración del ciclo. En su conferencia del martes, segunda del programa, Ruiz transformó el optimismo de Faces sobre el futuro la economía española en un gran apagón, un laberinto a oscuras del que difícilmente se puede encontrar la salida sin ayuda y algo de fortuna.

El también colaborador de Grupo Joly -empresa editora de Diario de Jerez-, que fue presentado por el académico y abogado Juan María Vaca, estructuró su conferencia 'España en recesión: Auge y caída de la producción, el empleo y el crédito' en dos partes: la primera dedicada al análisis exhaustivo del auge y posterior caída de la economía española; la segunda centrada en la comparativa con una economía similar, en concreto la de Corea del Sur, de la que el país sale mal parado, sobre todo en materia de desempleo.

"Es este un tema muy complejo y lleno de dramatismo, en el que es difícil hacer una análisis que tenga valor, pues todo el mundo opina sobre la economía, que a todos nos afecta, pero la realidad cambia y pocos aciertan", apuntó Ruiz a modo de introducción de su charla, que presentó como "una visión libre, en la medida de lo posible, de los hechos económicos".

Momentos antes, el economista y catedrático expuso a este medio las líneas maestras de su discurso, en el que el espectacular crecimiento de la economía española de los años noventa se desploma a partir del 2007 por "la inestabilidad de sus bases, sectores como la construcción, el turismo y los servicios que, al no ser exportables, derivan en el gran problema actual del desempleo por la falta de un suelo industrial potente".

"Creamos seis millones de puestos de trabajo en diez años, más de todo lo que creaba Europa, pero se acaba la construcción y no sabes qué hacer con la gente", explicó Ruiz, para quien "todo lo demás viene de ahí, pues aunque bajes los salarios, si no tienes una actividad productiva, no puedes crear empleo, y el déficit público se dispara porque no hay ingresos y hay que pagar a los parados".

El asesor de Unicaja no aprecia ningún signo que permita pensar en una próxima salida de la situación actual, es más, a su juicio "ahora mismo no hay salida y la única posibilidad que tiene España es la que proporcionan las instituciones europeas, pero igual que desde el punto de vista monetario, financiero, los temas se están controlando bien, desde el punto de vista de la economía real, no".

Según Ruiz, Europa carece de plan y de liderazgo y "así no se va a ningún sitio". "Se ve que lo que se está haciendo no sirve para nada, lo diga quien lo diga, porque la realidad está ahí y es más fuerte que cualquier teoría u opinión, y como no hay salida, quizás la frustración tan grande a la que se ha llegado sea un revulsivo, la única esperanza para que se sienten de una vez y se tomen medidas", manifestó el conferenciante, quien puso de ejemplo a Estados Unidos, "donde sí se ha hecho, claro que ellos son solo uno".

La solución no depende del Gobierno español, sino de la "suerte", insistió el catedrático, y lo explica: "Ahora mismo no veo medidas que se puedan tomar que no sean contraproducentes, es decir, sería peor el remedio que la enfermedad. Y la suerte depende de que se consiga de alguna manera, no un consenso, sino una voluntad en Europa de sacar esto adelante, no ya desde el punto de vista financiero, que ya está resuelto, sino desde el del empleo".

El profesor Ruiz no cree que los españoles hayan vivido por encima de sus posibilidades. "Es absurdo, pues cada uno vive con lo que tiene y si no tiene, en un momento determinado se debe. Ese no es el problema, el problema es que la deuda hoy tiene un origen hipotecario por una inversión en un activo que se ha depreciado. Ha sido una mala asignación de recursos, que se han destinado a la construcción y no a la industria. Ese es el problema", apostilló.