La entrada de Selu en el minuto 63' cambió el signo de un partido que hasta ese momento no presagiaba grandes noticias para un Jerez Industrial gris como la tarde que hizo ayer sobre la ciudad. Sin embargo, el técnico acertó con el cambio, dio entrada al exdelantero del Pueblo Nuevo por Pedro Herrera y el Industrial cambió como de la noche a la mañana.

La victoria, la segunda del Jerez Industrial en tres días, cierra una cargada semana en la que los jerezanos han sumado seis puntos de nueve posibles, no encajan goles por segundo partido consecutivo y alcanzan la décima jornada en una cómoda sexta posición con 15 puntos y ocho puntos por encima del descenso.

El estilo de juego que propugna el Jerez Industrial le va como la seda a Selu, capaz de aguantar el balón y darle al juego esa pausa necesaria para la entrada de la segunda línea de ataque. Ni Paco ni Herrera son de esas características y el Industrial no supo cómo meterle mano a un Bazán ordenado, con buen trato de balón pero sin ninguna profundidad. Tal fue así que su única oportunidad llegó en un error en defensa que Kike no aprovechó en el mano a mano con Álex García. El meta salvó el 0-1. Dos minutos después, Selu, que llevaba tres minutos sobre el césped, no fallaba delante de Jero. El punta recibió un espectacular servicio de Álex Valero, se plantó ante el portero visitante y le batió por bajo. Lo fue a celebrar con su técnico, con quien se fundió en un gran abrazo en una forma de querer ponderar a un entrenador que últimamente ha sido criticado por un sector de la grada.

Hasta ese momento, clave para el devenir del encuentro, el partido no había ofrecido demasiadas cosas. El Industrial salió con buena disposición y a los catorce segundos Paquín puso un centro que Pedro Herrera remató en posición acrobática sacando un defensa cuando ya se cantaba gol en la grada. A los cinco minutos Pedro Herrera falló un pase claro a Paquín que le hubiera dejado sólo para rematar y dos minutos más tarde Álex Valero probó con una tijera que le salió centrada y que Jero se quitó de encima.

Ahí se acabó lo que prometía un buen partido. El Bazán se asentó en el terreno de juego y el campo empezó a hacerse demasiado largo. La mejor ocasión, siempre para los locales, no llegaría hasta el 27' en un mano a mano de Paquín con Jero. El industrialista llegó algo forzado al remate y el portero estuvo muy rápido para tapar el hueco.

En la reanudación, el Bazán comenzó controlando el partido pero sin profundidad alguna. Isra botó una falta que Jero desvió fácil a córner. El central sacó de esquina y Álex Valero remató muy cerca de la base del poste izquierdo de Jero.

Luego todo se precipitó. Selu entró, marcó el 1-0 y el panorama se despejó para el Jerez Industrial, muchísimo más cómodo a partir de entonces. Antes de la media hora, Selu bajó de las nubes un balón que dejó en franquicia para Paquín pero el extremo derecha se hartó de balón y mandó fuera.

El técnico local siguió moviendo el banquillo y dio entrada a Quirós. Da la sensación de que el ataque que acabó el partido -Selu, Quirós, Paquín y Paco- mejora bastante al de inicio. El propio Quirós hizo el 2-0 cabeceando en el segundo palo una falta que sacó Isra. Fue la sentencia para un Bazán que se vino abajo en la moral aunque tiró de orgullo e intentó irse arriba con todo lo que tenía.

Selu, en un remate escorado, y Quirós, en varias ocasiones en las que estuvo demasiado individualista, pudieron rematar la faena.

Jerez Industrial: Álex García, Isaac, Isra, Fran García (Juanjo 53'), Adri, Antonio Blanco, Iñaki, Pedro Herrera (Selu 63'), Paquín, Álex Valero (Quirós 70') y Paco (Javi Bello 77').

BAzán: Jero, Bernal, Collantes, Valentín (Aparicio 80'), Leo, Álvaro (Óscar 69'), Adri (Ureba 58'), Juan Antonio, Sait, Pablo Valencia y Jhony (Kike 58').

Árbitro: Verdugo Dorado. Amonestó a los locales Isaac, Iñaki y Selu y a los isleños Valentín, Álvaro y Ureba.

Goles: 1-0 (66') Selu. 2-0 (74') Quirós.

Incidencias: Unas 300 personas en el campo de La Juventud, que desafiaron el aguacero que cayó durante buena parte del encuentro. Terreno de juego en malas condiciones, quemado por algunas partes y que pide ya una resiembra.