El Jerez Industrial tiene pie y medio en Primera Andaluza. Si no media un milagro, el descenso administrativo será un hecho el lunes cuando la AFE compruebe que no se han saldado el 100% de las denuncias.

"Se acabó". Resumía ayer al filo de las doce y media de la noche Juan Manuel Delgado, el ex presidente de la entidad jerezana. "Nos vamos a Primera Andaluza por culpa de cuatro señores que no han querido negociar con nosotros. Orife, Rafa Caro, Manu Barreiro y Fali no han querido saber nada y van a provocar el descenso del equipo".

¿Y ahora qué? "Pues a ver si el lunes -por mañana- viene alguien y se quiere hacer cargo del club en Primera Andaluza. Lo mismo hasta viene Ricardo García y dice que nos va a ascender", reflexionaba irónicamente el ex dirigente industrialista. "Hemos llegado a acuerdos con casi todos los futbolistas. Con algunos nos ha costado más o con otros menos pero ha sido cuatro los que no han querido saber nada".

Las negociaciones con los jugadores se prolongaron durante toda la jornada. El plazo otorgado por la AFE (las doce de la noche), fue una losa imposible de levantar. Delgado, que contó con la colaboración de Javier Igeño, Juan García y Roque García, entre otros, cerró acuerdos con la mayoría de jugadores de las dos últimas temporadas. D'Jily, Chema, Manu, Mere... Todos enviaron, vía correo electrónico o vía fax, sus firmas aceptando el contrato a razón de un 40-30-30. "Que sepan todos estos futbolistas que por cuatro señores no van a cobrar nada. Porque AFE no paga un duro si el equipo desciende a Primera Andaluza, sólo si desaparece".

Ni siquiera la mediación de un abogado de la AFE, que pidió los contratos y los números de teléfono de los jugadores para hacerles ver que si el club desciende a Primera Andaluza no cobran, pareció servir de mucho.

Técnicamente, el club tiene una última posibilidad: pagar el 100% de la deuda a esos jugadores que no han querido negociar, en total unos 70.000 euros. Debería hacerlo antes de las 10:00 horas de mañana, aunque Juan Manuel Delgado hablaba con franqueza: "Esto se ha acabado, no hay más dinero y los ingleses recogen el que iban a poner".

De esta manera, el proyecto de la Academia de Glenn Hoddle se evapora y el futuro de la entidad pende de un hilo. Porque las deudas sigue ahí.