contemporánea

Locuras de soprano

  • La soprano y directora Barbara Hannigan presenta un ilustrativo trabajo sobre sus intereses artísticos

Hace poco más de un año circuló profusamente por internet un vídeo en el que interpretaba junto a la London Symphony y Simon Rattle los Misterios del Macabro de Ligeti vestida de atrevida y caprichosa colegiala. Aunque ha hecho también mucha música barroca y fue Mélisande en la sugerente y exitosa producción de Katie Mitchell para el Festival d'Aix-en-Provence de 2016, la soprano canadiense Barbara Hannigan está consiguiendo interesar en el universo contemporáneo a un público (el de la ópera) por lo general reacio a abandonar su zona de confort en el repertorio tradicional.

En este trabajo, que Alpha presenta con una promoción desusada y en un formato casi de lujo (incluido un documental en DVD de 20 minutos titulado Music is music y que dirige Mathieu Amalric), Hannigan no sólo canta, sino que dirige (su otra faceta en el oficio) a la Ludwig Orchestra, un conjunto muy versátil creado en 2013, y firma junto a Bill Elliott los arreglos de una suite sobre Girl Crazy, el musical presentado por George Gershwin en el Broadway de 1930, que fue llevado hasta tres veces al cine. La suite incluye temas tan conocidos como But Not for Me, Embraceable You y I got Rhythm, en el segundo de los cuales los instrumentistas de la Ludwig Orchestra se atreven a actuar como coro.

La fiesta comienza con la Sequenza III (para soprano sola) que Luciano Berio escribiera en 1965 para otra gran cantante norteamericana, la mítica Cathy Berberian, esposa por entonces del compositor italiano, que consideraba la pieza "como un ensayo dramático en el que la historia consiste, en cierto sentido, en la relación entre la solista y su propia voz". Y continúa con la Suite de Lulu, que Alban Berg ensambló para promocionar la ópera cuyo estreno él nunca llegó a ver.

El desafío dramático que sugería Berio lo acepta Hannigan sumergiéndose en el personal laberinto de su obra, poniendo voz tanto a Lulú como a la condesa Geschwitz de la ópera de Berg y acercándose al mundo de Gershwin con la calidez y sofisticación de las grandes de la canción americana.

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